viernes, 31 de julio de 2009
Lo que te pertenece
jueves, 30 de julio de 2009
El grosor de la noche
miércoles, 29 de julio de 2009
Analgésicos y pomadas
martes, 28 de julio de 2009
Cazador de imágenes
lunes, 27 de julio de 2009
La soledad que amo
domingo, 26 de julio de 2009
Siempre queda el desdecir
sábado, 25 de julio de 2009
Isla de ceniza
viernes, 24 de julio de 2009
Escrituras con borrones
jueves, 23 de julio de 2009
Sin paja en las palabras
miércoles, 22 de julio de 2009
Los ojos del vencido
martes, 21 de julio de 2009
Egografías
lunes, 20 de julio de 2009
Cuando llueve
domingo, 19 de julio de 2009
Senderos maldecidos
sábado, 18 de julio de 2009
El polvo definitivo
viernes, 17 de julio de 2009
El amor no mata
jueves, 16 de julio de 2009
Cáncer de olvido
miércoles, 15 de julio de 2009
Lo que quiero...
¿Qué más puedo pedir,
lo vuelvo a decir?
¿Acaso una estrella por un rato,
otra suela en mi zapato?
¿Tal vez un episodio de ternura,
o una evadible sepultura?
¿Quiero acaso nuevos retos,
mis bolsillos más repletos
de monedas de vil oro,
sin pudor y sin decoro?
¿Quiero, tal vez, el glamour que deja el lujo,
ser un líder de manadas
dar un buen par de nalgadas,
del amor un nuevo embrujo?
Y en verdad todo eso quiero,
pero no por ello muero.
Me contento con un vaso
de frescura en mi bebida,
con un beso y un abrazo
en las piernas de la vida.
Aseo cardiaco
martes, 14 de julio de 2009
Entre las piernas de la ciudad
lunes, 13 de julio de 2009
Los ojos de mi perra
domingo, 12 de julio de 2009
Máscaras y antifaces
En la vida cada quien se ve orillado a la representación metódica de un personaje definido, a una pose fotográfica, a un sello en los zapatos y a una marca en las prótesis que lo conforman. Cada quien elige una alternativa, un rol, una personalidad en la que se acepta un papel estereotipado para la actuación de un argumento prescrito médicamente. Cada quien confecciona su máscara o construye su antifaz, cada quien edifica una nueva epidermis sobre la piel de nacimiento, reanima una condición propia basada en necesidades recreadas, lapida su identidad desconocida. Los alter egos se bordan al rostro y lo domestican inventando fábulas. ¿Quién te has respondido que eres cuando te cuestionas sobre el verdadero nombre con que respondes al llamado del tiempo? ¿Quién habita en lo que llevas puesto? ¿Quién te escribe el guión con que te conduces por la vida como alguien que porta una credencial con nombre, dirección y fotografía?
sábado, 11 de julio de 2009
Escribir viviendo
viernes, 10 de julio de 2009
Sólo un tren de paso
Aunque la muerte no es el mar, sí es la marea que atrapa al buceador y lo retiene en las profundidades hasta robarle la última burbuja de vida. Y aunque tampoco es el fuego, si es el incendio que ensucia la piel con brasas y convierte en hollín la materia viva. La muerte no es la tierra, pero sí es la tapa de la sepultura que cubre los sentidos con una ceguera inamovible. La muerte no es el amo, pero sí el esclavo que obedece a la destrucción. La muerte no es uno mismo, pero se lleva dentro como si lo fuera. La pérfida y delgada infame no es el universo, pero sí el caos que quita e impone una implacable realidad. Aún así, seguiré nadando sobre la espuma de la marea disfrutando de la sensualidad marina, seguiré calentando mis huesos con el fuego interno con el que me siento vivo, seguiré con mi vagabundeo sobre una tierra que me ofrece el pan y el fruto de lo que mi mano persigue. Seguiré en la barca zarpando hacia mí mismo y llegando a tiempo a mis nuevas esperanzas. Seguiré en la vorágine del movimiento alimentando mis pasos con nuevos recorridos entre brumas de azul plomizo y nubes de cobalto. ¿Sabes qué es la muerte y cómo se llama cuando no está en ti, cuando aún sus largos dedos no han osado señalarte, cuando desde el vacío de su mirada no la has provocado?