miércoles, 30 de junio de 2010

Aniquilado el tiempo, los recuerdos permanecen.


¿Con qué golpe certero en la cabeza has aniquilado al tiempo? Me refiero a los días que ya pasaron de tu reloj de arena, a las tenues hojas arrancadas a la posibilidad de perpetuar tus actos. Me refiero a la oportunidad de vivir que se ha diluido en el fluir de la materia. Ya no hay bardas de adobe en donde raspar tu nombre para dejar un verso callejero; ya no quedan nichos en tu pecho donde puedan anidar los veranos que se fueron; ya no hay escamas ni plumas ni piel que te sirvan para cubrirte el cuerpo ante la espuma de un mar que ya pasó. Hoy sólo queda el tiempo que nace hoy y que inmediatamente se finiquita a sí mismo segundo a segundo. Hoy sólo cuelga una hoja en el santoral del tiempo que sirve para prolongar el eterno y diminuto presente. De lo que vendrá mañana no se sabe ni se asevera nada, sólo se supone y se especula. ¿Lloverá en la tarde, habrá nostalgias, tomarás mi mano, haremos el amor en la banca del parque donde el amor se mece en los columpios? ¿Seguirás frente a la barda de la vida rebotando la gosua? De todo lo que vendrá sólo se acierta adivinando. El futuro es como un perro ciego que conduce al invidente por zonas que no conoce. El mañana es una metáfora del lenguaje, un trozo de partícula de tizne que vuela entre ráfagas y olas pasajeras con destino a un encuentro en el ahora. El "quizá" y el "tal vez" son vanidades de una promesa que no alcanza a levantar la nariz para oler la quebrada fragancia de un campo de trigo. ¿Te atreves al "posiblemente" o metes la manos en la tierra que segrega el hoy mismo?

martes, 29 de junio de 2010

El salto de la materia

¿Has notado en un día común cómo la materia viva se diluye bajo el peso de tus pasos al aplastar una cucaracha, o cómo cae vencido un mosquito en el complice golpe del matamoscas? ¿Cuántas arañas has aplastado en la pared, en el techo o en las baldosas del jardín? ¿De qué color ha quedado la suela de tu zapato al liquidar a un alacrán o a un grillo? Dirás que son peligrosos, que transmiten enfermedades, que son molestos. El punto es, sin que dejes de tener razón en lo que dices, que lo que haces al matar bichos es ayudar a que la materia dé el salto a otras formas organizadas de carbono. ¿Con qué argumento puedes defender que el hombre no dará el mismo salto, en el interminable e insalvable flujo de energía, que una hormiga, un gusano o una simple mariposa? ¿Con que razón defender una diferencia de materia entre un corazón humano y una drosófila que se alimenta básicamente de frutos en descomposición? Y si la materia tiene una misma constitución atómica, dónde demonios radica la diferencia...? ¿Cómo...? ¿En el alm...?

lunes, 28 de junio de 2010

La aleta dorsal

Es como nadar entre un mar profundo y divisar en lo corto la aleta dorsal de un tiburón blanco. Es como sentir la mordida en la carne de una emoción cartilaginosa. Es el miedo y la duda acompasando una amenaza inevadible. La muerte es así. Muchas veces no se piensa en ella hasta que se ve la aleta al mismo tiempo que se siente la mordida al final del callejón. Es mejor vivir en la ceguera del destino. No atender el significado fatal y pronosticado de la vida. ¿Te ha gustado ver el azul intenso de las olas sin amenaza alguna entre sus aguas? No te preocupes por lo que ha de venir. Cierra tus ojos y olvida el final. Piensa y vive en el trayecto que existe en la corta línea del tiempo.

domingo, 27 de junio de 2010

La cita

La anatomía de mis emociones es una descripción minuciosa de lo que es mi redacción con letras de cenizas. Paso los ratos haciendo tibias anotaciones en un blog que nadie lee (pero que representa un escape de los linderos que me aprisionan). Inicio los veranos escribiendo en cuadernos que cargo en mi mochila y que humedecen sus hojas con la lluvia del camino. Invento versos deshojados y tres o cuatro verdades que no olvido. Lo que leo es el juego incauto de palabras que arrojo al espacio digital o a los papeles donde promuevo el nuevo empiezo de un diario de escritura. Lo que leo es lo que me atrevo a decir cuando no le digo a nadie lo que quiero. Son palabras amontonadas de adjetivos, llenas de eventuales necedades y de improvisadas descripciones de cosas pasajeras. Lo que leo es lo que escribo cuando debo sacar a los bañaderos de sol a los cancerberos de mi alma. El psicologo que soy (en la cita que tuvimos) me dijo que debo recetarme una tableta de libertad cada ocho horas durante los días que dure la verborrea; y que mientras tanto siga vaciando los intestinos sobre papeles y libretas para ver si mi entereza recompone su camino unos cuantos grados hacia la cordura.

sábado, 26 de junio de 2010

Escamas de adobe


No hay incógnita que dure lo que dura una estación natural. El verano y el invierno se van intercalando con verdades y con estafas. Los climas cambian y se multiplican fornicando mutuamente. Las dudas emergen del barro como formadas por la mano de Dios. Llueven preguntas y la mente humedece sus cimientos con cuestionamientos sin salida. ¿Que te gustaría saber sobre el sentido final del hombre? ¿Qué, sobre los mecanismos internos de tu conducta? ¿Qué, sobre el auténtico desdoblamiento de la realidad? Soy un ser de preguntas y de tímidos suponeres. Y aún sabiendo la verdad, ¿se le pone sal para degustarla mejor? ¿Acaso la verdad salva ofreciendo consuelos ficticios, simulacros de esperanzas ficticias o devastadoras estadísticas? Soy de adobe extraído de las minas del desconcierto y ante el sol mundano mudo mis viejas escamas como improvisando una salvación. Soy de recién lodo que ante una lluvia tropical no soy capaz de mantenerme en pie.

Escamas


Sobre la piel que llevas puesta cuando me abordas como a un taxi, yo deposito mis manos como si fuera un alfarero que moldea las piernas suaves con que caminas. Sobre los ojos con que tú observas mi barriga crecida, mi poca musculatura o mi pelo ausente, yo deposito la imagen de mi figura buscándote, acercándome a ti, insistiéndote con mis promesas. Sobre tus oídos que alcanzan a percibir el son de la madrugada o el ruido necio de mis palabras cuando duermo, yo deposito los ruidos que me salen de la voz y que quieren decirte algo diferente a: "¿te toca lavar la ropa, ya está la comida, vas a la carnicería? En silencio me alimento de la miel de tus ojos, en cualquier rincón de la casa riego en tu cintura mis manos para que no se marchiten antojos y apetitos, y dejo, en tus caderas, deudas pendientes que cumplo a petición de tus ganas.

viernes, 25 de junio de 2010

Llamas de agua


¿Qué se puede pensar del destino? ¿Tal vez que es la ayaculación de espuma blanca que no llega, pero que promete ser fertil desde su primera aparición en el mundo? ¿Del destino se puede decir que no existe, que no es de agua el rostro con que nos ve desde su perspectiva instantánea? Los naipes de la baraja, las piezas del ajedrez y del dominó, las cartas del tarot, todas ellas hacen lectura de lo que vendrá hasta el preciso instante en que se escribe. ¿Y de acuerdo a las manecillas del destino la vida está regida por sus caprichos o por la probabilidad de acciones sucesivas? El calendario está plagado de sucesos impredecibles y de situaciones exactas. Cada paso no está escrito con anticipación, no tiene diseño previo ni invención improvisada. Destino significa presente. La acción en que se escribe sobre pergaminos instantaneos. El aquí y el ahora.

jueves, 24 de junio de 2010

De carne y caña

Hay lluvia de símbolos derramandose sobre los tejados donde la noche duerme. Hay humedales donde el desierto cosechaba olvidos. Hay las calles por donde el tren ya no pasa. Hay pasos que han quedado un poco más al alcance de los vagos. La ruta que sigo no tiene vientos favorables porque el mapa ha perdido la cruz señalada. Aún así, la vida va sobre la banqueta buscando la frescura de la sombra. Aún así, se cuenta con un pulso en la muñeca que es evidencia fiel de todo lo posible. No hay paro que dure, ni claudicación final ni contrato con el suicidio. Hay ganas de tener ganas, apetito ilimitado por seguir siendo de carne y caña, hambre de Dios y de infinito, inocencia de creer en los mandamientos de la ficción.

miércoles, 23 de junio de 2010

Brotes de invención



A la caída de las emociones viene la calma curativa. Los días acometen al tiempo como termitas insaciables devorando al bosque. Vienen los signos tatuados en la piel de los brazos; hablan de historias y de versos, de ritos y elegías, de pronombres personales y de verbos imperfectos. Se escribe mucho con la sangre de la ceniza, y la muerte llega puntual a su cita consagrada. ¿Has sentido tu tubo digestivo devorar lo que aún es bueno en ti? No sólo de alegrías vive el hombre sino de toda mentira que brote de su invención.

jueves, 17 de junio de 2010

Meter las manos en la espesura del tiempo

Hace años que perdí la memoria bajo la tutela del cinismo. Me volví unos gramos más como el deja vu que he tenido desde niño. Experimenté retos rezagados, me atreví a derramar sudor ante esfuerzos y promesas, golpee con vigor mi vida casi como he golpeado una gosua ante el frontis de un trinquete. Cacé imágenes entre esquinas peregrinas, fui y vine comiendo la palabra y el verbo de cada hora en el calendario. Sobreviví a olvidos prematuros y salí vivo del ataúd donde enterré la ceniza que han derramado mis ojos. ¿Has podido tocarte el rostro sudoroso y frío cuando antes has calculado tocar la ungulada superficie de una verdad? Salir vivo después de meter las manos en la espesura del tiempo crea una noción de esperanza y calma que permite continuar en la avanzada golpeando la gosua sobre el viejo y desportillado frontis de la vida.

miércoles, 16 de junio de 2010

Quitarse el corazón

Te quitas el corazón...
...cuando dejas colgadas (en los ganchos del ropero o sobre las sillas del comedor) las pasiones innavegables, los vicios postergados y la adicción pura y natural a la tristeza clandestina, y sales al mundo donde el viento sopla con olor a tierra mojada, y abres el tacto que la vista tiene ante el sabor nuevo de una mujer hermosa.
Te quitas el corazón...
...cuando abonas a los días de tedio un descanso improvisado, y apuestas tu vida a que el amor es múltiplo de Dios.
Te quitas el corazón...
...cuando has caído seducido como un halcón que come carne roja de cautiverio y sorprendentemente su garra deja de apretar con muerte lo que antes aniquilaba.

martes, 15 de junio de 2010

Titubeos

Tan sólo por existir y andar a diario la piel se fragmenta y se cae arrastrada por la lengua rocosa de la vida. La herida del lado izquierdo, la que recuerda incesantemente que no respondiste al llamado de ser un sustituto de tus promesas, no puede cicatrizar porque sufre de fibromas prematuros. Tan sólo por existir e ir a diario derramando improvisadas defensas contra el olvido los oídos se percatan del desdoblamiento de las cosas. ¿O acaso piensas que la realidad es como la ves? Tan sólo por existir y cautivar el pulso con que el corazón fecunda las venas y los tejidos los titubeos que tiene la palabra a la hora de explicar la cantera de donde salió el pensamiento humano son como hierba delgada al viento. ¿O piensas que son sagrados los huesos que dan sosten a tus pasos?

lunes, 14 de junio de 2010

Talladero

Catorce costuras tiene mi corazón después de haberlo tallado contra los bordes duros de la vida. Catorce besos salen de mis labios en busca de catorce bocas en tu boca. Catorce orgasmos de mis manos en catorce regiones de tu cuerpo. Catorce búsquedas persistentes a lo largo de una vida.



domingo, 13 de junio de 2010

La lista de los bienes


¿Has enlistado los bienes temporales del cuerpo? ¿Has probado los que te permites, abundado en tus preferidos, descartado los que te parecen pobres? ¿De qué otros bienes podemos disfrutar si somos de polvo y de carrizo? Los dones de la tierra los tiene la carne que camina, con cuerpo e ilusiones, sobre el asfalto y la banqueta. Los bienes eternos son promesas que no comprendo, pero, ¿acaso has tenido una lista de sus atributos?