martes, 28 de enero de 2014

Mano dura

Como la mano derecha que ignora los contactos de la izquierda así van mi alma y mi corazón. Por un lado está la nostalgia por la eternidad que persiste con raíces, por otro lado van los sentires de la vida.

lunes, 27 de enero de 2014

Con otro nombre

¿Con qué fuerza es necesario sostener el pasado para que sus fauces no hagan daño en el presente? Hay mares donde me entrego a nadar entre recuerdos. Hay oleajes que me sumergen entre espumosas postales antiguas. El pasado no tiene remedio, pero tiene toxinas que actualizan la matanza. Mi canto no es de angustia, es señal de que he visto la cara del destino arrastrando su equipaje. Que mis palabras no se entiendan como llanto ya que sólo hablan de los días en que se ha llorado, y sólo extrañan lo que ha partido. Que no se malinterprete la nostalgia que me abastece el alma. Lo que pasa es que, aún sin quererlo, se queda lo que ya se fue. Permanece lo fugaz. La vivencia se encapricha en ocupar lo que está por inventarse. Que no se suponga que en fondo la vida está perdida. Lo que pasa es que fluye hacia una identidad con otro nombre.

domingo, 26 de enero de 2014

Cabeza de tulipán

La muerte es cruel y artera tan sólo por depositar un beso en su elegido. Cortar la cuerda de la barca en el puerto para que naufrague en mar abierto. Caer la última partícula de arena mencionando la terminación del tiempo. Apagar la flama, llegar la noche, dejar de existir. Qué tragedia tan grande finiquitar la vida. Qué horrendo destino estar aquí de paso y pasar para siempre. Perderlo todo como si no importara, como si la existencia fuera desechable. De mis seis gatos que tengo, uno, "Cabeza de Tulipán, se fue como se ha muerto la gente, los animales y las plantas. Su mecanismo de engranes vivos se detuvo y se fue. Es triste ver morir lo vivo porque embellece al mundo colmándolo de movimiento. ¿Has visto llegar a la muerte con su cara opaca hasta donde estás tú, y sin tocarte siquiera, y sin mirarte siquiera, y sin siquiera considerarte, dejarte un aviso de proximidad y la promesa de una cita futura?

sábado, 25 de enero de 2014

El apetito diferenciado

Vuelvo al manantial donde he bebido, me cobijo con las sábanas donde he amado, imprimo la huella del sendero andado. Recorrer los mismos caminos y llegar a diferentes sitios es asunto de un explorador. La cotidianidad no mata la sorpresa. Es la insensibilidad de la piel interna del corazón lo que hace que las cosas aburran, se vean igual y ya no llenen. Mis manos vuelven a las piernas que han sentido, a la mirada que mis ojos han tocado, al sonido de la voz que me ha amado, y que como un eco se ha  producido intensificando su candor. ¿Has estado en el sitio donde la vida se repite sin ser la misma cada vez? Es como el hambre que llega cada día a antojar tu boca, a seducir tus apetitos,  o hasta a volver loca a tu gula. Es la misma hambre la que te invita, la que te empuja a saciarla, la que te obliga. Y en el acto de hacerlo está la magia de sentirlo nuevo, diferente y lleno del sentido de trascendencia que te da saberlo. ¿Has hecho diferente lo que se te presenta igual cada día? 

viernes, 24 de enero de 2014

Escarificaciones que arden

¿Sabías que desde las sombras también es posible generar luz? ¿Has hurgado en tus recuerdos investigando tu infancia y has entendido la razón de tu locura, el fundamento de lo que haces, el origen de tus parafilias? Primero hay que mirar dentro y luego preguntarse por qué está ahí. En cada persona hay sentimientos carniceros que suben y bajan por la conciencia. Hay conductas clandestinas que operan con códigos de silencio, y hay formas de ser que se rigen a la luz del día y que en la voz llevan cuchillos.  En el alma hay, entre hiedras y plantas carnívoras: doctores bondadosos que recetan ansiolíticos a gente que no cree en Dios, criminales con título universitario que se llevan de a cuartos con el señor Hyde, hermanos de la caridad de blancos dientes ensangrentados, filántropos que ayudan al prójimo a cortarse la pierna para que no se cansen buscando su destino, vagabundos de la moda y locos del confort,  encadenados a Cristos agonizantes que ofrecen cruces a los transeúntes, maestros con manuales e instructivos de los mandamientos de Dios para aleccionar herejes. Todo esto y más se lleva dentro. Monta un circo, cobra un peso, quita la cortina y muéstrales a todos la jaula donde encierras tus violencias, las rosas que crecen frescas en el borde del corazón, los vidrios que se han roto cuando se rompió tu alma, lo colmado de tus sueños y los vacíos en tus venas, las escarificaciones que aún arden, el llanto de la alegría, un monstruo sonriente alelado ante un caramelo. ¿Ya te has cansado de mirar escaparates en las tiendas de lujo? ¿Te atreves a mirar lo que llevas dentro? 

jueves, 23 de enero de 2014

Lo que otros no ven

La luz que soy capaz de emitir desde mis sombras, y lo que veo y lo que sé. La guerra en pie de la vida contra la eterna paz de la muerte. Mis ojos de ciego mirando lo que otros no ven. Los sentidos abiertos para no tocar lo prohibido, para insistir en lo ya andado, para aspirar a subir escaleras. ¿Has visto lo que otros no? ¿Al cristo que salva o al que crucifica? ¿A la voz que es de terciopelo o a la que funde timpano, yunque y martillo? ¿A la esperanza que te mueve o a la que te reduce a cenizas? ¿A los días largos que se quedan quietos o a los que avanzan con la suavidad en sus engranes? ¿Has visto lo que otros no ven? ¿El liguero y las medias de la dulzura cuando tu mano asciende suavemente? ¿La vida en la mirada de quien amas? ¿La decepción en el corazón del suicida, el motivo del corredor de sueños, los ojos claros de quien pregunta tu nombre suponiéndote, tres orgasmos simultáneos en uno? Ver más allá no es ver mejor, simplemente es ver lo que otros no ven.

miércoles, 22 de enero de 2014

Una risa sin cadenas

¿Saboreas los días que en la actualidad maduran bajo el calor del corazón? ¿Los sucesos se alinean para alargarte la sonrisa? ¿Has visto el jaque mate en el tablero donde juegas a vivir? Es tan poco lo que ocupa el ser humano para dejarse flotar en mar abierto, tan frágil la cuerda que ata la barca al puerto, tan serena la mirada cuando ve al horizonte. Muchas veces sólo se ocupa estar, darle cuerda al silencio, hacer una sonata de sentimientos y recuerdos. Otras veces sólo basta con mantenerse en la mirada de alguien, en el recuerdo de alguien.  Pero siempre será necesario acompañarse a todo sitio con uno mismo. Jalar con los huesos y la carne de un corazón despierto. Por hoy deja que el sol toque tu espalda, que las alas que te crecen no tengan cadenas. Por hoy siente la longitud que tiene tu sonrisa cuando sabes que reír es permitido.

martes, 21 de enero de 2014

Derrumbarse por dentro

Me siento bajo el encantamiento de las cosas comunes. Eso que circula bajo la posesión de nadie pero que está al alcance de todos. Eso que por madre tiene a la calle y por padre a lo ordinario. Me gusta andar por el centro viejo de mi ciudad, ahí por donde lo bonito se fue de compras a las plazas del norte, ahí donde los edificios se hicieron hoteles de paso porque el amor pasa portando jeans ajustados de deseo.  Me gusta la zona tolerada del Corsario Negro por la esperanza desanimada de los rostros de sus prostitutas, que sin prisas esperan los viernes de los destajistas, los sábados de los albañiles y los ratos de urgencia de los transeúntes. Me gusta la necedad del único cine porno que no cae ante las embestidas de la moral y que se empeña en abrigar entre sus butacas desangeladas a su gente, que sabe que el amor también tiene una cara miserable que besar. Me gustan los graffitis en los muros de las harineras porque reflejan la vacuidad de las cosas y el instinto de conservación cultural perenne de sus vagos y sus artistas. Me gusta la calle cuando la beso con mis pasos, subiendo las banquetas, andando sus pavimentos; tocando con la mirada sus paredones de adobe,  de piedra que da origen a casas derruidas. A la par de todo, creo que es su alma de nostalgia la que me cautiva, la soledad y el abandono que la bendicen diariamente. No me puedo liberar del magnetismo que ejercen sobre mí las casas viejas, las que han sido tocadas por el tiempo desarticulándose en granos de cascajo. Ciudades que brillaron y que hoy son nido de sombras que respiran. Ciudades que no han muerto ante el olvido de la gente. ¿Has visto renacer las ruinas de lo que alguna vez fue grande? ¿Has sabido lo que se siente derrumbarse por dentro?

lunes, 20 de enero de 2014

Guerra en compañía

Sentimientos importantes en la vida hay muchos. La nostalgia ante las cosas que no se tienen o que se tuvieron, nostalgia ante los seres que se fueron o que se distanciaron, nostalgia por lo que se perdió o por lo que se dejó de ganar.  La soledad con uno mismo para encontrarse en la profundidad de lo que se es o para perderse en la superficialidad de una identidad rota, soledad para sobrevivir sin devorarse a sí mismo o para perderse alimentándose de los demás. El amor como vínculo complementario de la necesidad que tienen los opuestos de inventar el todo o para reiniciar la nada, amor que mana de la eterna guerra en compañía y que no surge de la impecable paz con uno mismo. La felicidad sorpresiva y corta como un orgasmo de tristeza. El deseo que se renueva, robustece y muere, todo para volver a nacer más fuerte y para volver a morir sin remedio, y así, sin tregua, nuevamente y en ascendente espiral infinita.  ¿Te has cobijado un rato con la manta del odio, de la envidia, de la venganza? ¿Te has mantenido caliente bajo su cobijo o has renunciado a ello escarchando tu cuerpo desnudo?

domingo, 19 de enero de 2014

¿Quién sabrá ver lo que digo?

La poca gente que entra a este subterfugio literario teniendo una pequeña noción de quién soy y me lee entenderá el sentido de mi escritura. Los que no me conocen y me leen escaparán de aquí después de leer tres líneas. Aquí juego a ser el tipo rudo, el de los pensamientos duros, el que tira sus netas para conquistar mundos. En este espacio me entretengo soltando la rabia, lanzando pasos desde el precipicio, suponiendo encuentros con verdades que desconozco y que de pronto se aparecen en medio de mi escritura automática. Mis letras son de ceniza porque se levantan de lo que queda después de todo lo que las pasiones han quemado desde dentro. Escribo con los dedos enlodados del corazón sobre lo que cargo, y digo lo que me sale atravesando las puertas que están encadenadas y con triple cerradura. Escribo con el polvo que se levanta al atreverse a dar un paso, al echar la carrera hacia los brazos de un proyecto, al levantar el vuelo desde tierra. Escribo con agua de las lluvias de temporada para dejar recuerdos con rastros de humedad. No escribo con lágrimas de tristeza ya que prefiero hacerlo llorando de alegría ante esas cosas que me entusiasman con pasiones. En estas letras de ceniza sólo digo lo que entiendo, pero quien entiende más sabrá ver que digo menos de lo que escribo. ¿Te has atrevido a decirle al mundo lo que aborreces de ti, lo que nadie sabe que has hecho, los secretos que llamas pecados? ¿Has escrito en una hoja lo que te estorba en el alma y la has arrojado a la basura del sanitario para olvidarte de ella? 

sábado, 18 de enero de 2014

Lo que aún respira

Son tiempos de avanzada para reencarnar proyectos, para renacer con sueños, para reiniciar el chip. Son días de resurrecciones espirituales, días para ponerle huesos y cartílagos al alma para que se levante y ande tirando sonrisas desde su interior. Es tiempo de ajustar el tiempo, de darle cuerda a las manos engrasando sus engranes, apretando  tuercas a las piernas, desempolvando un poco los sistemas y aparatos.  Es momento  de poner cuidado en la flora y fauna que han enraizado en el corazón, momento de sembrar los efímeros y pasajeros dientes de león donde la amistad se instala. Es la hora de poner carga eléctrica de mayor voltaje al pensamiento para repensar lo ya automático, para considerar lo que no se sabe  y para suponer lo contrario a lo que todos ven.  El tiempo se come los pies de tanto andar con pantuflas de felpa sobre el alfombrado confort. Se pierde la capacidad de andar y deja de ser atractiva la opción de ir lejos, de correr entre la hierba, de saber que al ir descalzo se conoce el mundo. Los días se vuelven plácidos y eligen la pereza mientras todo pasa digitalmente en el dinámico ojo de una pantalla. ¿Has resucitado esperanzas dándole carne y sangre a tus ilusiones? ¿O has sepultado en vida lo que aún respira?

viernes, 17 de enero de 2014

Morder la arcilla

Cuando las verdades no son absolutas las mentiras son necesarias para crear certezas convincentes. Cuando se ha perdido la confianza en dogmas y doctrinas es tiempo de creer en recetas personales, en remedios caseros de la abuela, en cuentos de princesas que no asusten. Para vivir no hay instructivos de fábrica que sirvan, ni  fórmulas de best seller del momento. No sirven los slogans de la coca, mucho menos las mentiras de la moda, y mucho menos lo que dicen los hombres sin sonrisa. Son mejores los necios versos del poeta, el tropezón que bendice tu camino, la lectura de obituarios en el diario. Para morir es mejor la noble tierra donde sepultas las heridas del pasado, es mejor el denso cielo nacido del efecto invernadero, ahí donde los puestos de la esquina te ofrecen maciza y muerte lenta. Palabras necias son mi cena o mi comida porque no pretendo engordarme con mentiras  que sólo están cubiertas  de atractivo. ¿Has rechazado un buen bocado por saber que es de aire o de arcilla?

jueves, 16 de enero de 2014

El alquimista gambusino

Como un gambusino enfermo de oro voy en busca de ratos duraderos. Al parejo de la felicidad, que es algo explosivo y sorprendente, persigo un efímero estado de lucidez que me haga saber delicias secretas con sabor a olvido. Voy buscando bajo mis zapatos los pasos que he dado en mis andares. Me entretengo con cuentos que me cuento mientras escribo a tientas lo que siento.  Acaricio, como se acaricia la seda de la piel deseada, un puñado de entendimientos pasajeros que me hacen saber  que hay más dudas que certezas y más raspones que caricias.  Beso, como se pueden besar los labios óseos de la muerte, los días malos que me pesan, para encontrar en ellos la dulzura que cualquier alquimista convierte en oro. ¿Has sabido encontrar la fórmula para cambiar lo que no existe en algo al alcance de la mano? ¿Has sabido encontrar bajo la piedra opaca del desierto el grano de luz que te ilumina?

miércoles, 15 de enero de 2014

El destino artificial

Con todo el potencial que tiene el ser humano es una tragedia que sea finito, que envejezca hasta el deterioro o que muera. El hombre debería perdurar por siempre, ser inmortal y eterno. Estar en un punto perfectible de excelencia. Buscar siempre la última cima de la montaña, para llegar a ella y empezar a divisar una nueva saliente por alcanzar. Siempre hacia adelante y hacia arriba. La eternidad sería la medida adecuada para emprender todos los proyectos posibles agotando cada una de sus posibilidades. Y nunca se tendría fin. Sin embargo, la vida humana no está a la altura de la realidad. La especie del ser humano avanza sobreviviendo a través de milenios, pero los individuos no prevalecen más allá de algunas décadas. Es trágica la situación, pero es real. Por eso la gente finge que vivirá por siempre, que siempre será joven, fuerte y llena de talentos. Por eso mismo las mentiras crecen y la fantasía actúa inmisericorde inventando paraísos artificiales donde el hombre es eterno. La religión sólo me colmó de joven. Ahora soy descreído de vidas después de la muerte. Ahora creo en el ciclo del carbono, en la inmediatez del tiempo y en la trascendencia mediante la conciencia de sí mismo. ¿Has sentido decepción por saber tu destino? ¿Lo has aceptado con valentía inventándote laberintos para entretención  personal? ¿Lo has mirado de frente y lo has negado con la dulzura del viaje final?

martes, 14 de enero de 2014

Lamiendo las cenizas

Nadie es dos veces la misma persona porque se cambia a cada paso y se es otro sin remedio. A veces es cuestión de máscaras, de cicatrices, de saberes, pero sin darse cuenta se cambia por el peso del tiempo, por los arañazos en el alma, por la infestación de las ideas. No son sólo los años los que moldean a la persona, son los vicios engendrados desde dentro, los pensamientos repetidos, la inmediatez con que se vive. ¿Has comprendido cuántas células mantienes desde tu nacimiento hasta la fecha? ¿Te has dado cuenta que se han reemplazado removiéndose una y otra vez hasta convertirte en otro diferente a lo que fuiste? Ante esto tomo las certezas como tales y me ahogo por ratos en cosas que no comprendo. Me confundo lamiendo cenizas de cosas que son lo que fueron, hago planes sobre mis muertes venideras y me oculto entre disfraces para evadir los planes que ya he hecho. No soy dos veces la misma persona porque cada día soy otra diferente a la anterior. Me mantengo siendo el mismo tan sólo durante la fracción de tiempo que dura la caída de una célula de mi piel. El cambio me sobreviene abruptamente y mis transformaciones progresivas forman el continuo de lo que finalmente soy, seré o he sido.

lunes, 13 de enero de 2014

Lo efímero prevalace

Como el avance de un caracol sobre la perdurable hierba de  los panteones yo ando a pie buscando mis encuentros. Encuentros con personas, con seres, con circunstancias y cosas. Encuentros con ideas y con conceptos. ¿Has levantado la alfombra que pisas a diario descubriendo que el polvo que respira bajo  ella es parte de la piel que minúsculamente se te cae a diario? Busco de forma incesante, neciamente, diletantemente lo que supongo existe como verdadero y fundamental. Me refiero a aquello que por evidente y básico pudiera ser  irrefutable. Pero todo es tan relativo que aún la brusca caída de la guillotina decapitando una esperanza se pone a discusión y genera diferentes verdades. Por ello, antes que todo, busco  lo efímero de las cosas, lo que no prevalece, lo que está en fuga permanente. Eso que se diluye sin freno como las partículas de un reloj de arena midiendo el tiempo. Y aunque también, como ya dije, busco lo perdurable y lo trascendente me atrae sin remedio y por reflejo la fluidez de las cosas. Tal vez porque la dilución es la esencia del ser humano. Bebo de la vida su frágil permanencia y de tanto que lo hago, su robusta ubre sufre de mastitis crónica, aún así, persisto en mi necedad y siento al mundo pasar vertiginosamente. De tanto ver como la piel de mármol de los días pierde lozanía me conduzco con fascinación hojeando catálogos de cremas faciales para untarla a las verdades que envejecen. ¿Le has puesto maquillaje a los acontecimientos intentando disimular sus cicatrices? 

domingo, 12 de enero de 2014

Ni cuervos ni engranes rotos

Ni  escarcha que nuble su alma.
Ni  lenguas de fuego que hieran su corazón.
Mucho menos la herida perpetua que discrimina y anula.
Mucho menos el peso que aplasta una esperanza naciente.

¡Contra la mujer , nada!

Ni horas necias.
Ni ramas secas.
Ni un gramo de rencor del que marchita,
del que cansa el soñar,
del que niega el nombre propio.

Ni un saludo torpe para estrechar su mano,
ni la sombra,
ni la ira.
Mucho menos el olvido que permite que todo pase sin saber.
Mucho menos el "NO" que encarcela lo que es libre.

Para la mujer, todo.
Los besos con que nace el mundo,
la semilla que es germen del amor,
los brazos donde se abriga el sueño.

Todo.
La maravilla de pincelar los primeros meses del principio de la vida,
la facultad de amar por voluntad y no por fuerza,
el poder de elegir el mundo como un destino por construir.
Todo desde la mirada que comprende la necesidad de ser comprendida,
enterada,
sabida.

Todo desde el manantial donde la belleza inventa al ser,
donde  la dibuja como diosa,
como  ama de casa,
y mujer.
Desde lo común y corriente,
hasta la dignidad como derecho.
Desde la partícula más pequeña del universo en expansión,
hasta el inabarcable cosmos donde se refleja.
Todo.
La  posibilidad de soñar  ser flor o paraíso,
gacela tornada en mariposa,
lo frágil y sencillo convertido en fortaleza.
Su decisión de dirigir,
de navegar,
alzando su bandera en un mundo quebradizo.

Jamás la palabra violenta contra la mujer.
Nunca la daga que con la barbarie corta.
Mucho menos el golpe bruto de la indiferencia.
Mucho menos lo que crece y arrincona en la ignorancia.

Nunca estampidas de ríos donde  la tierra es virgen,
donde la belleza se espiga en formas turgentes .
Nunca la tormenta árida sobre el frondoso bosque de su piel.

Y si ha habido impunidad y bajeza contra lo tibio y femenino,
¡Ya no más hartazgos del violador!
¡Ya no más asesinos en  casa,
ni   ladrones  de sueños compartiendo alcoba!
Mucho menos el criminal  que porta rostro de marido.
Mucho menos los hijos con manto de tirano.

Y si el golpe artero ya se ha dado contra la mujer,
desde hoy ni un sólo arañazo bajo la falda,
ni un ápice de infamia que corrompa su sonrisa.
Mucho menos la etiqueta de "Sexo débil" donde hay temple.
Mucho menos el creer que puede ser comprada con papel.

¡Contra la mujer , nada!
Ni engranes rotos que paren su marcha,
que declinen su andar,
que la hagan no perdonar.

Ni cuervos devorando la fe en su mirada.
Ni hienas mordiendo la ilusión de ser más.
Mucho menos chacales ultrajando el verano.
Mucho menos el hombre violentando y matando.



Mucho menos el hombre violentando y matando.

sábado, 11 de enero de 2014

Poseer la ausencia

Me divierto con neblinas escribiendo historias en la libreta de las fantasías, suponiendo lo que no es, yendo con el pensamiento hasta lo desconocido. Me entretengo en la espesura del barro que piso al levantarme  jugando una partida de ajedrez que termino perdiendo, haciendo anotaciones sobre el devenir del destino, rebotando la gosua en la barda del taller. Apaciguo mis tristezas y alegrías en los corrales donde hago pastar las emociones. Mis días son calmos después de que por algún motivo se han desbocado. Son claros como cuando pongo la espalda desnuda al sol. Son pronunciados y apacibles como si el tiempo se afectara con algún cuadro de pereza. Entonces me divierto nuevamente con mis cuadernos releyendo las formas con que he mentido, viendo los dibujos que se han caído de mis manos cuando estoy inquieto, rezando las oraciones que invento contra santos y  demonios.  Rescato los proyectos que yacen bajo el polvo y comienzo a reconocer que en mí germinan racimos de inquietudes. Elijo uno y voy lejos. Lo agoto hasta saciarme en el. Luego empiezo a descansar pensando en lo que sigue. Me entretengo con lo que  no sé y abundo en lo que conozco. Las nieblas se espesan y el barro sigue fresco como dispuesto todo a moldear otro Adán. Esto sólo para sacar de su costado a la nueva Eva. Los ciclos empiezan a completarse una vez que se han abierto, sin embargo, a veces necesitan más de una vida para cerrarse. ¿Has estado en el caos  que dota de una nueva esperanza? ¿Te has sentido dueño de nada, precisamente porque lo tienes todo? ¿O has entendido con precisión que has poseído sólo la ausencia de lo que no tienes?

viernes, 10 de enero de 2014

Ratos de distancia

Hay sirenas de oficina siendo devoradas por  tiburones de saco y aleta blanca. Hay princesas en camas de alquiler fingiendo gemidos que el amor no reclama. Hay maldad e injusticia obturando las venas del mundo. La muerte tiene espejos donde se reflejan los vivos, ahí se ven sus huesos y el tiempo en que el reloj detendrá su mecanismo. Pero mientras tanto, mientras la densidad de lo negro amplía sus sombras sobre los seres y las cosas, yo ando a tientas, entre sábanas, suponiendo un consuelo en la espesura de tus senos. Cuando te amo no hay sulfatos que ensucien el mundo, no hay venenos que le quiten la dulzura a tus besos maduros, ni hay tinieblas ni frío entre tus piernas suaves. Me pierdo de mí porque me abrigas con lo que eres. Y al perderme me encuentro mejor de lo que era antes, mejor de lo que he sido siempre. Entonces entiendo que no estoy hecho para estar solo y que aunque ame mi soledad como se ama a una quimera, mi quintaesencia esta en tu compañía. Persigo los días en que tu mirada ataja las miradas que arrojo a las cosas y me invitas a verte de cerca, a los ojos y a tu deseo. Me gusta que me detengas las manos con que trabajo interrumpiendo mi labor y las deposites urgente sobre la piel bajo tu falda. Me gusta también cuando me dejas a un lado. Cuando tu interés dejo de ser yo. Entonces empiezo a verte distante y empiezo a disfrutarte de lejos. Ya no en tus besos apurados, ya no en la atadura de tus piernas. Ahora te disfruto con la mirada, me vuelvo cazador de tu andar por casa. Te persigo como un voyeur amateur y registro en mi mente lo que eres mientras  te vistes o desvistes como si yo no estuviera presente. Luego, después de días, busco la fecha marcada en la agenda con que me amas. Para ese tiempo ya ansío tus persecuciones, tus asechanzas, la intención nocturna con que me buscarás después de apagar las luces. Por supuesto que sólo es cuestión de esperar un poco, de darle tiempo a que las promesas lleguen, se instalen y ejerzan su voluntad. ¿Has entendido que un rato en tu cama no es todo para estar contigo? Hay ratos de distancia, de alejamiento y de ausencia que hacen que el juego del apetito se renueve y crezca. El amor es una espiral dinámica que no deja de repetirse una y otra vez con variantes que lo hacen ser siempre diferente. Sin ser rutina, hacer el amor mil veces con la misma mujer es una aventura de sensibilidad. 

jueves, 9 de enero de 2014

La duda es certeza

¿Has vaciado el alma a través de las palabras? Los estandartes que porto últimamente se han desgarrado por el viento, aún así siguen siendo útiles para representarme mientras vuelo. ¿Has volado lejos, sin ataduras, sin alas, con los pies en marcha? Me pongo a sentir lo que sé que soy y me descubro nuevo. Me veo arrogante reflejado en un charco de la calle. El frío entra por las uñas y se incuba con nostalgias que no pasan, que se vuelven el pan mío de cada día. La situación es buena porque crea trascendencia y luz. ¿Has sabido hacia dónde vas, en que tumba le sonreirás a la eternidad, bajo qué tierra verás germinar flores secas? Mientras tanto la sonrisa vive, la conciencia es un papel donde se escribe la vida con signos raros que sólo uno entiende. Existir es una joya que los cerdos muerden sin valorar su brillo. Vivir es un acto personal que cada quien trasciende a partir de su fe y devoción. Nadie está lejos del precipicio, pero todos saben volar a su modo. Mi duda no está en caer profundo, sino en seguir cayendo sin extender las alas. Dudar de todo tiene su certeza pero lleva al caos y al desarraigo espiritual. Es mejor cerrar los ojos y seguir creyendo que las palabras sanan cuando se arrancan desde el rincón donde aún queda algo.