viernes, 17 de enero de 2014

Morder la arcilla

Cuando las verdades no son absolutas las mentiras son necesarias para crear certezas convincentes. Cuando se ha perdido la confianza en dogmas y doctrinas es tiempo de creer en recetas personales, en remedios caseros de la abuela, en cuentos de princesas que no asusten. Para vivir no hay instructivos de fábrica que sirvan, ni  fórmulas de best seller del momento. No sirven los slogans de la coca, mucho menos las mentiras de la moda, y mucho menos lo que dicen los hombres sin sonrisa. Son mejores los necios versos del poeta, el tropezón que bendice tu camino, la lectura de obituarios en el diario. Para morir es mejor la noble tierra donde sepultas las heridas del pasado, es mejor el denso cielo nacido del efecto invernadero, ahí donde los puestos de la esquina te ofrecen maciza y muerte lenta. Palabras necias son mi cena o mi comida porque no pretendo engordarme con mentiras  que sólo están cubiertas  de atractivo. ¿Has rechazado un buen bocado por saber que es de aire o de arcilla?

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