sábado, 31 de julio de 2010

Poseo lo que me hace falta

Las alturas son un lugar apetecido por todos aquellos que, básicamente, viven anhelando. El hambre insaciable de infinito, de anticipación del presente, de lo que no se posee son un motor que invitan al hombre a ir lejos ¿Has sentido la indiferencia que resulta ante lo conocido, lo controlado y lo que se tiene entre las manos? Las concesiones y los permisos hacen fácil la obtención de las recompensas, pero al mismo tiempo tornan los éxitos con sabor a vacío. ¿Has poseído lo que no tienes? ¿Anhelado eternamente lo que nunca llegará? Cárgate con la sensación latiente de lo que no tienes, de la ausencia que permanece, del vacío que llena.

viernes, 30 de julio de 2010

El tianguis

¿Has sabido meter tus pasos al bullicio de un tianguis? ¿Has comprado en él la vejez del tiempo, cosas antiguas de gente que ya vivió, el sarro de días que no te pertenecieron, libros leídos, máscaras de terciopelo, cacharros oxidados, el diario de un explorador, todas las cosas inesperadas que alguien ya no quiso? En los mercados de chácharas encontrarás algo que te está esperando portando una señal especial, algo que le fue robado a un desconocido o algo que se pepenó de la basura. Una moneda de cristal donde reflejes una ilusión perdida, el nudo de un zapato que te recuerda tu deseo de correr sin destino, la bitácora empolvada de alguien que documentó sus fracasos, sus pérdidas y retrocesos, y que te inspira a saltar el muro sabiendo que hay gente con menos encanto que tú. ¿Has encontrado, al lado de un grumo de humo recluido en una pipa, un signo imperceptible para todos pero transparente para ti, que te ofrece el entusiasmo de una esperanza auténtica, que te recuerda algún trozo del camino, o que te guiña el ojo con susurros sorprendentes? Cosas de estas no venden en las tiendas departamentales que ofrecen artículos nuevos. ¿Acaso temes que el pasado que está inscrito en las cosas usadas despierte en ti a sus viejos fantasmas?

jueves, 29 de julio de 2010

Enfermedad, cultura o naturaleza

¿Has sabido si el deseo sexual lo provocan las patologías de la mirada con que el hombre ve a las mujeres? ¿O lo promueve un par de senos de silicón como globos de helio en compañía de unos glúteos escultóricos montados en la tanga negra de la publicidad? ¿O son una condición natural de la bioquímica humana?

miércoles, 28 de julio de 2010

Bastón de ciego

Muleta del paralítico, bastón del ciego con que este toca al mundo, prótesis de mis piernas que las hace ir lejos. La bicicleta es un exoesqueleto de aluminio y de engranes lubricados usada para potenciar mis viajes, para alcanzar lugares a los que nunca he ido caminando, para hecer caminos que no he pisado con mis pies. Con ella me meto al barrio donde voy de paso; con ella voy entre autobuses y sobre puentes peatonales, por callejuelas, sobre banquetas y escalones. Ella me espera como mujer sumisa recargada en la barra de las cantinas. En los patios y mercados me soporta completamente y carga mis huesos entre calles desnudas y pedazos de ciudad. Me hace sentir potente cuando la monto, cuando la dirijo con mis ansias, al ir tan lejos como el vigor me alcanza. ¿Has pedaleado fuerte hasta sentir que dibujas en tierra el mapa de un destino que te sigue?

martes, 27 de julio de 2010

Pócima de cantina


Soy el animal agrio que bebe desamor en una pócima preparada con amargura. Desamor que escurre del mundo ordinario cuando el taxista busca con la violencia de sus llantas causar daño al perro de la calle; desamor que ignora al prójimo, que lastima a los débiles, que margina a los que no poseen el don de los bienes materiales. ¿Has palpado con tu comprensión la blasfemia verdadera de una realidad amarga? El desamor lo bebes a diario cuando sintonizas las noticias en la tele, cuando te decepcionas a ti mismo incumpliendo tu destino, cuando no alcanzas a mirar que bajo la delgada piel que cubre el paso de los días está tu rostro irreconocible por ti mismo. Olvídate de beber venenos y pócimas ideológicas. Purga tus sentidos. Ajusta nuevamente los engranes y lubrica los resortes que te hacen dirigirte hacia lo que amas.

lunes, 26 de julio de 2010

El sembrador y el cáliz


Supongo que fue en el momento en que Éva cortó la manzana del árbol de la ciencia y lo extendió hacia Adán cuando el deseo perpetuo se instaló en la sangre del hombre. Imagino que de la mano femenina le transmitió al fruto la sensualidad, las ganas potenciadas del erotismo, el apetito regenerado de la pasión. Desde entonces el hombre quedó marcado con la bendición del hambre de la carne. La necesidad sexual es una inscripción profunda en el genoma humano, que se acentúa tanto en el sembrador de esperma como en el cáliz carnoso que recibe. Los usuarios del sexo son los integrantes del coro donde se canta y se cuenta las bendiciones del placer. ¿Ya has averiguado qué es mejor en la viña del deseo? ¿La necesidad imperante del sexo acrecentada por la acción del cortejo, agigantada por los sentidos de la piel, desbordada entre caricias y llamas buscando la perdurabilidad del tiempo? ¿O el impacto final de seis segundos, la estocada orgásmica, la hoja del verdugo cayendo de golpe sobre la carne, y tiernamente inventando la convulsión que provoca que las sustancias cerebrales inunden los rincones del cuerpo?

domingo, 25 de julio de 2010

Somos los olvidados


Desventurados los olvidados de sí mismos, los que tienen borrones en sus mandamientos, los que incumplen con las cosas del contrato que han firmado con su vida. Olvidados los que dejan secar las violetas en el cesto de basura, los que pierden las letras de su nombre, los que no saben responder sus propias dudas. Perdidos los que son pasajeros de las horas muertas, los que conducen sus propios pensamientos con debilidad mental, los que estacionan sus brutalidades en doble sentido. Complacidos los que emergen desde la espesa tiniebla del fango; los que salen, aún con carne en los huesos, de sus propios inframundos imaginarios; los que logran mantenerse de sus asideros sin caer en los abismos que han devorado a los descreídos, triturado a los débiles de convicción, resquebrajado a los barqueros sin velas ni timón. ¿De que lado del confort te has puesto los zapatos? ¿A qué destino elevas tus oraciones? ¿Por qué camino vas derramando migajas para regresar con bien?

sábado, 24 de julio de 2010

Larga vida


¿Te has preguntado por qué la velocidad del tiempo envejece rápidamente cuando la vida es plena y satisfactoria? ¿Te has fijado cómo repta con lentitud mientras te impacientas formado en la fila donde esperas la llegada de la felicidad? El tiempo golpea con diferente fuerza, besa dependiendo de las ganas y muerde según sea la carne en el hueso. ¿Quieres sentir que la vida es longeva y duradera? Vive despacio, abre tu comprensión, pausa tus latidos. Saca ficha para ver a Dios y espéralo eternamente. Haz fila para obtener el trámite más inútil de todos. Espera turno siendo el mayor de los desesperados. Fórmate durante días y al llegar a ser el primero canjea tu lugar por el último de la fila. Imita a Sísifo en cada movimiento estéril de su condena. Pero si lo que buscas es entender la rapidez con que la vida fluye: administra tus latidos, vende caro el aliento que te hace llegar hasta la meta, que nada sea en vano, que todo toque tierra, que vuele lejos, que se salve del naufragio.

viernes, 23 de julio de 2010

Bajo susurros

Estoy solo en casa y mis pensamientos (¿o mis demonios?) susurran a mi oído haciendo ecos en mi interior con diferentes voces. Tengo ideas de personalidad múltiple: hay una que siempre me sugiere reencarnar fragmentos del pasado hurgando intrépida entre las galerías que almacenan mis vivencias más queridas, mis estados de ánimos elevados y "mis darme cuenta" de la realidad; otra me habla de los beneficios de la vida, de sus bendiciones y de su utilidad invitándome a escribir manuales que contengan alguna pista del camino; tengo una más que es la soñadora y se regocija inventando novelas mentales, misiones de una noche, viajes a diferentes zonas terrenales. Mis ideas me acompañan a cualquier bar, prisión o vecindario sin que haya estado en ellos. Van conmigo desplegadas en proyectos de fantasías bajo estrictas órdenes, donde la finalidad es la recuperación de imágenes ya vividas, inventadas, reeditadas. ¿Te has quedado solo platicando sin tapujos con tus propios demonios? ¿Los has visto de frente, olido sus temores, cautivado en sus historias?

jueves, 22 de julio de 2010

La germinación de la semilla


Hay retoños de día en que la calma, después de un largo viaje, decide anclar cerca de las costas en que el corazón impone su fortaleza. Hay vestigios de horas rezagadas en que las sonrisas se instalan, sin motivo ni fundamento, en cualquier borde de la boca, y saltan como peces fuera del estanque. Hay residuos de pasado que insisten en brillar como lo hicieron hace mil años y empiezan a ganar terreno entre las paredes inmateriales del alma. Surgen las señales. Las condiciones del entorno son propicias, las denotaciones las comprende cualquier observador iniciado. Emerge el tiempo que es la oportunidad del día. Aparece el código explicando lo insólito de la germinación de la semilla. Hay nutrientes en el aire y los pulmones sostienen que habrá lluvia por la tarde. Las piernas vibran, se vigoriza el deseo. No hay duda, los signos lo marcan así. Abro las puertas de un cuaderno y empiezo a escribir que toco al mundo con ojos y manos, que tengo ganas, que sigo vivo.

miércoles, 21 de julio de 2010

Cara de salitre


Entre escolleras y un mar argentado vivo anclado en recuerdos que no me abandonan: son mis pasos sonando en la densa noche del puerto, caminando entre vecindades y hoteles resquebrajados donde se aglutina la vida. Voy por los corredores del mercado, entre las verduras y las vísceras que no se vendieron, sorteando basura y moscas, y humedad de sangres de pescado y escamas, saludo al barrendero (que está harto de su trabajo) con una mirada que él no sé si entienda. Salgo por escalones que llevan a más calles del puerto. La cara dura de la ciudad me hace muecas coqueteándome con sus prostitutas, acosándome con sus vagos, fastidiándome con sus borrachos. La ciudad me sigue invitando a conocerla sin maquillaje ni simulaciones. Es la noche la que le da su verdadera esencia. La zona turística sigue con luces y atractivos, respirando artificialmente, pero la auténtica urbe es aquella que te devora en sus calles y vecindades: es aquella donde la gente vive hacinada entre paredes sacando a secar la ropa por las ventanas; rentando cuartos por media hora; taloneando al peatón que viaja incauto. La verdadera ciudad es la que te come en vida ofreciéndote vivir. Está en ti si te dejas matar.

martes, 20 de julio de 2010

La otra parte con que me ves


La otra parte con que tus ojos me ven sigue ocultando el significado de tus versos. Es refugio de las redes con que me atrapas con tu cuerpo a media noche. Son tus bríos con rienda suelta, aguas broncas en un beso. La otra parte con que me hablas es igual al síndrome de inhibición con que me cuentas tus fantasías, tus dolores menstruales y tu obituario de amantes inventados. Probóscide sin ponzoña, pozo sediento de mis ansias, bebedero donde baño mi deseo. La otra parte de tus manos con que me tocas es como la rosa que no perece al cambio de estación, es la humedad que da alojo, un recoveco tierno en el campo. La otra mujer que eres cuando no eres la misma es la que encuentro en un sueño, en el fragmento de película de media semana, en lo que supongo es cierto de las mujeres de paso que me encuentro.

lunes, 19 de julio de 2010

Son las ganas


Con las ganas a la mitad es difícil consultar el cielo, mirar alto hasta donde están las promesas, jalar el aire que respira el cosmos. Con los pies descalzos cuesta trabajo subir la cumbre, patear la roca, abrir las presas. Con los ojos ciegos es imposible mirar hacia adentro las germinaciones nuevas, ver hacia el frente donde va la vida. ¿Has comido de tus propias ganas; te has sobrealimentado de tus deseos; volado lejos, de esquina a esquina? Hay días certeros en que las cosas son claras como cuando estás en el interior de un templo o de un museo. Hay momentos en que la velocidad de las cosas se descarrila y tú puedes observar el desastre, la maravilla o la cotidianidad. Entonces puedes avanzar por la banqueta elegida con las ganas exaltadas en busca de llenarse más, con los pies sensibles conociendo de qué grosor es el camino, con la mirada libre de cataratas, sin miopías, sin vendas. Y cada encuentro con las sábanas limpias donde duerme la realidad es algo emergido de una exaltada capacidad de asombro, de unas ganas de llenar la copa derramándola por los sentidos.

domingo, 18 de julio de 2010

¿Ya lo dije?


Cazo con la mirada, mis ojos son la herramienta. Cazar es un gusto, ¿ya lo dije? Observo personas. Registro sus rasgos, imagino lo que hacen, alcanzo a ver algún resquicio de lo que son. Salgo a los parques y voy a los centros comerciales a mirar personas. Parecen actores consumados, protagonistas de lo ordinario, ganadoras de los mejores papeles y engalardonadas con premios y reconocimientos. Las veo en las salas del cine viendo la película mientras comen palomitas. Las veo en los hospitales atendiendo a sus enfermos, llorando a sus desahuciados, comprando promesas y esperanzas en las farmacias. En los museos las veo acumulando saberes; en la feria, ostentando sonrisas, derramando adrenalina, viviendo a tope. Todo el tiempo tengo abierta la mirada buscando llenarme la curiosidad con lo que veo. Gente en los restaurantes, en los templos, en las plazas públicas municipales. Multitudes que llenan y vacían lugares, que aclaman un gol en el estadio o que rompen a gritos desgarrados sepultando a sus muertos en el cementerio. Es la masa compuesta de individuos. Cada uno con algo personal, con una marca propia en algún lugar de lo que es. Notarlo es lo que yo hago. Y a esto le llamo cacería. A cada quien le encuentro algo diferente: un destello de abandono, una mirada que busca hacia el exterior, un gramo de invención, la marca de la locura, 3 verdades ocultas, una sonrisa incompleta por un crimen perfecto, fastidio y tedio, media convicción próspera al suicidio. Soy un cazador, ¿ya lo dije? Mis ojos son la herramienta con que leo literatura, mis escritos y a la gente que me encuentro en las banquetas, manejando sus vehículos, comprando en los mercados tres cuartos de carne y unas rosas, buscando salvaciones en el puesto de las chácharas, siendo simplemente lo que son. ¿Y tú, te has sentido presa de alguna mirada?

sábado, 17 de julio de 2010

La isla donde habito

Alcanzo a sentir que mi casa es como una isla desierta en medio de manglares. Tengo un taller con herramientas donde hago muebles, donde tallo la madera o ensamblo vitrales emplomados, donde esculpo la cantera inventando formas que no se parecen a la prescripción establecida. Tengo unas bardas donde reboto la gosua, una lona o un buche. Tengo un jardín (que también es el cementerio de mi perra más querida) donde soy un portero que se avienta 14 décimas de segundo después de los goles de mis hijos. Tengo una canasta de basquetball donde jugamos "16 imposible". Tengo un árbol donde construimos una casa de madera. Tengo dos gatos que devoran las golondrinas que el verano inventa, y un perro que busca libertad en las calles de la colonia pero que se mantiene atado a la comodidad de su plato de comida. Tengo una barra donde me cuelgo como un mono, la sombra de un árbol plantado un 14 de mayo, un mirador en lo alto de la casa, goteras en los techos, trabajos pendientes de mantenimiento, libreros y repisas donde acomodo papeles, cuadernos y libros de consulta y enciclopedias. Tengo una cama con sábanas delgadas que comparto con una mujer que escucha con resignación lo que yo hablo dormido. Tengo un par de escritorios, un sótano, tres tapetes, una tina donde me sumerjo con sirenas, un cajón guardando cosas viejas que siguen ligadas a mí por un recuerdo. Tengo una computadora y plumillas de caligrafía, tinta china y más papeles. ¿Abandonarías tu pequeña isla por un continente mayor?

viernes, 16 de julio de 2010

Las 14 vanidades


Hay días en que quisiera hacer una lista de caprichos personales y de banalidades sugestivas, supuestos sueños, inventos imposibles de situaciones inalcanzables. Entonces pienso con calma entre aciertos y borrones, y escribo: 1.-Lanzarme con los brazos abiertos como un papalote humano desde lo alto de una montaña y planear ingravidamente hasta la suavidad del valle, 2.- Ser minero por un día recorriendo catacumbas olvidadas y galerías con poco aire entre recovecos y resquicios. 3.- Sumergirme entre arrecifes y corales buscando en el torso alegre de una sirena unos pechos firmes y una promesa, 4.- Andar por las calles cuaderno en mano reflejando en un texto, en una prosa, en una frase lo que ocurre como realidad natural, 5.- Juntar las letras, acomodar mis notas y ordenarlas en un fanzine, ponerles nombre, reproducirlas y hacer trueque, de mano en mano, con personas que les gusta la invención de manuales inútiles, de papeles grapados o de sueños sin sentido. 6.- Diseñar un mapa que cruce el mundo y atravesar países conociendo a la gente, 7.- Navegar 14 meses sin tocar tierra, 8.- Naufragar 14 días con la esperanza de volver, 9.- Volver a tierra después del naufragio, 10.- Vivir solo y entre multitudes desconocidas en una ciudad ajena, 11.- Visitar un templo antiguo, de cantera derruida, con portales de encino y vitrales emplomados donde se juegue frontón con bola dura, 12.- Ser vidente de lo que vendrá, ciego de lo que dejó heridas y un simple observador del presente, 13.- Entender la fórmula en la cadena química en la molécula que da la vida prolongada, reconstituida, eterna, 14.- Morirme y regresar a la vida con la verdad de un misterio entre las manos.

jueves, 15 de julio de 2010

La palabra que se escribe

La palabra que se escribe bufa y escupe como una llama sobre la pálida cara del papel. Se inventa a sí misma con muchas bocas, con muchos gritos y con canciones que cuentan los orígenes de la palabra. Se asoma por las ventanas para cazar con los ojos. Anda sin dolores sacando ventaja de sus movimientos. Come a dentelladas, bebe sin desgana, va como un toro de lidia sin banderillas en el lomo después de haber matado al "matador". La palabra que se escribe es curativa: mejor que las pastillas de colores recetadas cada dos horas, mejor que las citas en el consultorio del dietista, mejor que los programas de televisión anunciando el catálogo completo de pomadas tecnológicas. La palabra que se escribe vacía el interior de quien busca un desahogo, es como la confianza que se tiene en el oído sensible del confesor, del terapeuta que no da consejos y que permite la libre expresión del paciente. Si quieres curarte de la derrota, de la frustración que dejan las semanas, del estrés emergido de tu corazón, recurre a una hoja de papel y arroja en ella tus más puras agresiones, tus tristezas, el cáncer de riñas acumulada, la carroñería completa donde se muestran abiertos en canal los cadáveres frescos de tus odios. ¿Has querido hablar contigo mismo usando el lenguaje de las lágrimas? ¿Has confesado la incomodidad que muerde desde dentro?

miércoles, 14 de julio de 2010

Condiciones de uso

Llegué a la vida sin ventaja ni premeditación. Llegué sin saberes, con dones y heredero de condenas: la de la breve vida, con un número contado de arenas en el reloj; la del sin sentido existencial, con la necesidad de inventar un mapa para desenterrar un tesoro escondido por uno mismo; y la de la condición trágica, con un fin irreversible firmado y sellado en un contrato de uso. Las condiciones de la vida son generales y evidentes, las repito: uno, tarde o temprano (la duración de tu vida); dos, busca y encontrarás (una dirección, una meta o un sentido); tres, nadie sale vivo de aquí (todos finiquitan). Tres condiciones que se cumplen con precisión a lo largo de tu vida. ¿Te has sentido defraudado como una lata de sardinas arrojada al basurero? ¿Sin sentido como una piedra ahogada en el océano? Sin embargo, está en uno rescatarse de lo perdido. La condición del contrato más importante es la de la búsqueda. Todos los hombres son buscadores de algo. Buscan amor, saberes, ciencias, religiones, artes, placeres, dinero. Y todos encuentran. Y aún para aquel que no sabe lo qué busca existe un viento favorable y un encuentro. Hoy es día de volar, de correr, de salir de un puerto y aspirar hacia regiones donde la búsqueda promete hallazgos nuevos y definitorios. No te olvides, pues, de meter la justificación existencial en el pasaporte.

martes, 13 de julio de 2010

Emblemas

Una mosca vuela entre mis cabellos; se deposita en mis ideas como si no pesara; limpia sus patas y asea su boca mientras la siento, pequeña y lista, sobre mi oreja. Tengo paciencia porque sé de su corta vida. ¿Has pensado lo que sería de ti con sólo dos semanas de existencia a partir de hoy? Sé que no vale la pena dejar de escribir por ir a buscar el matamoscas. Que fácil es destruir la vida. Sin plan ni método es algo de infinita simpleza. Un golpe certero y adiós para siempre insoportable golosa. Ahora la siento caminar sobre mi hombro. Me muevo y vuela. Escribo una letra y regresa a inquietarme. El matamoscas está a dos metros. Y aquí pienso en lo útil que resulta un periódico cuando se requiere transformarlo en una arma de impacto. Su vuelo es un tiradero de zumbidos. Se posa en mi codo y la espanto. Vuela hasta mi cabeza. Prefiero dejar de escribir y retirarme dejando esta nota como el emblema de una mentira.

lunes, 12 de julio de 2010

El juego


Salgo a la calle con ojos briosos buscando seguir el juego cazando un poco. En bicicleta ruedo cruzando los charcos de la última lluvia. En la espalda mi mochila, y en ella un cuaderno o papeles y una pluma, también la gosua y un par de guantes (por si alguna barda me aparece en el camino). Voy por los barrios por donde ya sé que hay buenas presas. ¿Por qué lo hago? Ya lo dije: juego a ser cazador. ¿Has sentido la pasión que deja el seguir los juegos que te inventas? ¿Con qué reglas juegas a lo que te gusta? El juego no es trabajo ni obligación, no es la ley impuesta ni la imposición social, es algo que se lleva dentro como una expresión natural de lo que se es, de lo que se puede ser. Colgado en mi cintura va la cámara de mi celular de bajo pixelaje con la que capturo mis trofeos: pequeñas frases que gritan apenas dibujada en la cortina metálica de una frutería, un "te amo" que fracasó, una amenaza de muerte para quien cruce el territorio, un padrenuestro escrito con amargura; la guarida del olvido con sus ventanas de óxido y pasado adheridas a sus muros descarnados; selvas de graffitis que resultan el habitat perfecto de animales de colores que agregan maquillaje a lo descolorido; antiguas murallas de adobe y piedra sosteniendo aún su lucha contra el tiempo; campanarios viejos con piezas faltantes de cantera; filosofía en las calles tirada como basura y viviendo en los desadaptados, en los locos que beben agua verde de las fuentes, en la sarna de los perros que queda después de ser atropellados por los "micros", en los ciegos que ven escaparates, que golosos urgan en los aparadores, que anhelan los objetos caros guardados en las vitrinas, en los sordos que no escuchan el sonido de las letras que el destino garabatea en los rostros de la gente. Salgo a la calle porque soy un cazador. Porque necesito lanzar la red y asirme a mis presas para seguir el juego, porque es una bendición el jugar por jugar.

domingo, 11 de julio de 2010

¿Ya viste la letra pequeña?


Nacemos con la marca de la dominación y de rodillas nos persignamos ante ella. Vivimos en culturas que maquillan las mentiras volviendolas una sutíl apariencia de la verdad. Se inventan colapsos financieros, caídas del sistema, fraudes de epidemias, estadísticas manipuladas, tendencias destructivas enmascaradas con nobles causas.

sábado, 10 de julio de 2010

Caprichos


¿En algún sitio de la vida has querido complacerte realizando tus caprichos? ¿Has querido concederte el suave aroma que produce estar libre de culpa y con la libertad en las manos, andar desnudo estando solo en casa, pisar los charcos en las calles al prender su luz los faroles, cosechar una sonrisa desconocida de una mujer fugaz recordándola por horas, iniciar un ciclo nuevo con las arrarras sueltas, renacer un martes de San Juan bautizado por promesas, llenar de carne tus viejos huesos remendando proyectos inconclusos, agregar a la memoria recuerdos frescos con terminaciones felices, salir del confort para aceptar el reto, aceptar que la vida es un don de Dios? ¿En algún momento en que la noche es plena y la lucidez te guía has querido someter tu marcha, parar en seco, bajar las velas, saltar al agua y nadar a un continente nuevo mientras observas sobre tu hombro la gris humareda después de quemar tus naves? ¿Has sabido ser rey del mundo mientras andas una calle de esquina a esquina, mientras comes, mientras amas, al sujetar el aire con pulmones recios, al apretar los puños alzando alaridos agradeciendo el darte cuenta de la posibilidad de sujetar el mundo con tu entendimiento? ¿Has sentido que en la fugacidad de la existencia está oculta la noción de la permanencia, que en las horas de desaliento se renueva la esperanza, que el veneno que no te mata te fortalece, que en las debilidades está latente el germen de la fortaleza?

viernes, 9 de julio de 2010

El contrato


No es posible permanecer en estado de gracia por siempre, comulgar siempre con la alegría o estar por siempre en el lodo derrotado. Todo se basa en el acatamiento natural de los ciclos, donde la necesidad es el inicio de una búsqueda de satisfacción, que después de ser hallada, con el tiempo se convertirá nuevamente en una necesidad urgida de ser satisfecha. Por ello, la felicidad no es eterna y los desánimos no se prolongan indefinidamente. Cada cosa es necesaria sólo en alguna medida, y en la medida en que se satisfaga, la cosa dejará de ser necesaria, importará menos y se le guardará en la maleta en espera de un nuevo ciclo de necesidad. La vida y sus dulzuras cansan, cansan las bondades al igual que las sonrisas. Y aún las cosas que en apariencia son perfectas llegan a producir cansancio. Esto no quiere decir que pierdes las ganas de vivir sólo porque tus gustos ya no te interesan. Simplemente es porque no consideras el cumplimiento de los ciclos, las partes del proceso, los números que combinados siempre dan catorce. Después de las tormentas viene la calma, la recuperación de los daños, el tiempo de acomodamiento. Cualquier cosa después de ser satisfecha dejará de ser atractiva porque ha cumplido un ciclo y necesita acomodamiento. Si se le forza exigiéndose le más sin permitirle la calma empezará a cansar e iniciará un proceso alterno de disgusto y atrofiamiento. Lo que fue bello puede devenir en algo grotesco. Cuando las cosas se forzan queriendo repetirlas sin la carga de necesidad correcta es posible que se desvirtúen y pierdan su efecto de atracción. ¿Por qué crees que después de vivir es necesario morir unas horas durmiendo? ¿Será acaso porque el sueño es el proceso de calma que acomoda todo, que limpia todo y que prepara el camino para las nuevas necesidades del día? Somos seres encajados en el cumplimiento de los ciclos. No podemos saltarnos esta parte que viene escrita en el funcionamiento de lo que somos. Si lo hacemos es como querer funcionar sin motivos.

jueves, 8 de julio de 2010

El sol que ensombrece



¿Ya escribiste sobre lo que queda al terminar la tarde, de lo que se va lentamente cada día, en cada instante en que el presente muere, de lo que permanece entre ausencias conocidas? ¿Ya embestiste al papel con la prosa que cura, que canta, que festeja, ya lo hiciste con la letra que corta y apuñala las fortalezas donde se protegen los rencores? ¿Ya pintaste tu nombre en la pared de los espejos donde no te reconoces cuando te llamas a ti mismo, donde las preguntas que te haces buscan respuestas en el sol que ensombrece? ¿Ya renunciaste al confort de las cosas compradas, aprendiste en el surco el valor de la cosecha, impusiste a tu cuerpo la contrastación con la intemperie, preferiste la banqueta al sillón reclinable con velocidades y masaje?

miércoles, 7 de julio de 2010

Dolor de muelas


Toma consejo del que diga: "La vida no es un dolor de muelas, sólo algo parecido". La anestesia es un invento que no cura pero que acerca al enfermo a ser curado. Haz caso omiso del futuro que pretende ofrecerte nubarrones, corromper tu sueño consentido, invitarte a que olvides los ases en tu juego. Es de villanos aconsejar malamente a las personas y es de cretinos seguir los consejos malparidos.

martes, 6 de julio de 2010

El uso de la palabra


Cuando la palabra sube escalando tu garganta y abre la puerta de la voz para decir que hay días benditos, que a través de la ventana si llega a transparentarse el sol de un mar lluvioso, que el médico y sus colesteroles viven controlados. Cuando las palabras se acumulan por filtración en la mano apta con que escribes, cuando la pluma te queda a modo, y sueltas que hay horas malas en algún rincón del día, que da tristeza que la gente muera cuando la posibilidad de vivir es para todos, que el viaje que hacemos al final de la vida es necesario hacerlo con todos los recuerdos ganados, con la experiencia con que premia la derrota, con el gusto de los caminos recorridos, con los esfuerzos en la espalda que florecen, con una sonrisa resistente y bien marcada. Cuando las palabras penetran por un orificio cerebral que conecta a un canal del corazón, y se agolpan igual que latidos fulminantes de oso provocando que el pensamiento se pregunte sobre las profundidades de los acantilados desde donde se despeña la vida, sobre los asideros en los que se sostiene, sobre la semilla de donde germina, sobre sus misterios, limitantes y secretos. La palabra que se piensa, se escribe o se habla va cargada de pulsaciones de vida; contiene el germen de la pregunta insatisfecha, simboliza una parvada de certezas volando en franca fuga hacia el destierro; mantiene cautiva una esperanza en el comedor donde se alimentan los golosos devenires. Desde hoy levanta tus oraciones usando la palabra que dé explicaciones detalladas de lo que eres por debajo del disfraz. ¿O acaso no has usado caretas de cartón representando los verbos de un oficio imaginario? ¿No has sido usuario de lo que dices usurpando la verdad?

lunes, 5 de julio de 2010



Nuevas y más densas nubes preñan de gris el cielo. Los horizontes prometen huracanes. La vida en los sueños germina ante la húmeda noche. Todo se moja y se llena de fuerza. La lluvia da un color más sólido a los graffitis pintados en la pared. Tal perece que el agua es el elemento que no puede detener su propia voluntad. Su misión es la procreación del universo.

domingo, 4 de julio de 2010

Átomos de polvo


Los átomos del polvo y la humedad son la molécula básica de la materia porque de ellos nace el barro que se moldea y da forma al total de las especies no vivas y vivientes sobre las tierras, los mares y los vientos. ¿Cuál es el secreto de la vida?, preguntaron los alquimistas y emprendieron la búsqueda eterna de una transformación de mayor reto que la del plomo en oro. Una masa hecha de lodo no vive ni respira, no siente, no se mueve. ¿Qué hace falta para que la materia bruta se especialice en células biológicas y surjan los tejidos, y los órganos funcionen alrededor de sistemas y aparatos. ¿Algo tan sencillamente complejo como un soplo divino? ¿Acaso es el proceso de la elaboración, las circunstancias en el interior de una semilla? ¿O todo lo necesario vertido en el útero viviente de la hembra? Lo que sea que haga vivir a la materia es extraordinario y bello como un organismo vivo. Pero sobre todo es sobresaliente e indescifrable cuando la materia que vive es humana. No hay molde que se utilice nuevamente para duplicarla, ni horno que dé las condiciones de tiempo y circunstancia para reproducirla una vez más. Cada hombre cuenta con un código especial en su propio libro de genética. Cada uno tiene vida, alma y una nueva habilidad para inventar mentiras., para hacer que del órgano surja la función. El hombre es el único extraño entre la gran diversidad biológica: mientras todas las especies pastorean sobreviviendo, el hombre pasa el tiempo construyendo cosas inservibles o distrayéndose inventando la palabra que engaña y somete a los de su especie, haciéndo manuales de inutilidad y duplas de conceptos inconclusos, comiéndose con gula y hambre voraz al mundo en espera de que las ratas abandonen el barco como principio del fin.

sábado, 3 de julio de 2010

Aspiraciones



Libros y papeles. Cuadernos. Hojas sueltas. Lápices y plumas y plumillas. Pinturas. La necesidad incesante de escribir, de dibujar, de diseñar, de pensar y de leer. Mis manos sedientas y el abrevadero cerca, mis ojos como filtros para detener la realidad sujetendola de las solapas hasta que me diga su verdadero nombre, una imaginación alada corriendo como un corcel que surca los aires levantando el polvo de las letras y de los textos concluidos, y un corazón solvente con las recámaras habitadas de sueños, de proyectos en proceso y de nuevas aspiraciones . La promesa de unos años. Una gosua de 120 gramos, un frontis y mis puños. Mis hijos creciendo cerca de mi consejo, recorriendo su propio camino, escribiendo la música a la que fui sordo. La mujer que va conmigo en el autobús, en sus labios los besos que me adeuda y en su bolso de mano el amor y otras bendiciones con mi nombre.

viernes, 2 de julio de 2010

Ningún sitio conocido

Caminan mis pasos por el huerto donde las azaleas dan flores al terminar mayo. Van mis pasos como símbolo de avanzada, como bandera de una búsqueda que no se sacia, como el conclave de la catedral que habito yo mismo. Y mientras camino entre asfaltos y banquetas me he preguntado la misma cosa desde el enfoque de la filosofía y la letra. ¿Para qué tanto camino si hemos de llegar a "ninguna parte"? Y como llegar a "ninguna parte" no es un sitio conocido, he necesitado de más explicaciones que de verdades. Las mentiras muchas veces solucionan los problemas. Pero los cuestionamientos insepultos no pueden descansar en paz. No hay otro recurso que improvisar senderos nuevos para pisar en los margenes del caos.

jueves, 1 de julio de 2010

El soplo de la ceniza

La ceniza es el pecho robusto de donde la materia mama la leche espesa y llena de vida. De la ceniza surge el abrevadero de esperma que fecunda el ansia uterina de toda sustancia que se mueva, respire o coma. Somos de tierra, venimos del humus, nos dirigimos al barro. Cambiamos carne por despojos. Mutamos todo movimiento de las arterias, todo signo cardiaco y toda pulsación peristáltica, en segregaciones mortales. Lo que vuela, nada o camina en la llanura de la existencia mañana detendrá su marcha, empezará a desintegrarse y terminará siendo un microcosmos de carbono. Polvo somos. Y con el soplo divino de la ceniza se formará la carne del ave, el hueso del mamífero, la piel fresca del humano. Entonces nacerá la vida como oportunidad de recrearse en sí misma siendo otra: hoy insecto, luego hombre. El ciclo seguirá avanzando y dejará rastro como un catálogo vital abastecido con todas las posibilidades de la materia. La vida se nutre de la ceniza. Polvo (que vive, que ama y que existe) somos y en polvo (que ya no vive, que ya no ama y que ya no es) nos convertiremos dejando claro que la transformación de la materia es la constante radical en todo el universo.