viernes, 2 de julio de 2010

Ningún sitio conocido

Caminan mis pasos por el huerto donde las azaleas dan flores al terminar mayo. Van mis pasos como símbolo de avanzada, como bandera de una búsqueda que no se sacia, como el conclave de la catedral que habito yo mismo. Y mientras camino entre asfaltos y banquetas me he preguntado la misma cosa desde el enfoque de la filosofía y la letra. ¿Para qué tanto camino si hemos de llegar a "ninguna parte"? Y como llegar a "ninguna parte" no es un sitio conocido, he necesitado de más explicaciones que de verdades. Las mentiras muchas veces solucionan los problemas. Pero los cuestionamientos insepultos no pueden descansar en paz. No hay otro recurso que improvisar senderos nuevos para pisar en los margenes del caos.

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