domingo, 4 de julio de 2010

Átomos de polvo


Los átomos del polvo y la humedad son la molécula básica de la materia porque de ellos nace el barro que se moldea y da forma al total de las especies no vivas y vivientes sobre las tierras, los mares y los vientos. ¿Cuál es el secreto de la vida?, preguntaron los alquimistas y emprendieron la búsqueda eterna de una transformación de mayor reto que la del plomo en oro. Una masa hecha de lodo no vive ni respira, no siente, no se mueve. ¿Qué hace falta para que la materia bruta se especialice en células biológicas y surjan los tejidos, y los órganos funcionen alrededor de sistemas y aparatos. ¿Algo tan sencillamente complejo como un soplo divino? ¿Acaso es el proceso de la elaboración, las circunstancias en el interior de una semilla? ¿O todo lo necesario vertido en el útero viviente de la hembra? Lo que sea que haga vivir a la materia es extraordinario y bello como un organismo vivo. Pero sobre todo es sobresaliente e indescifrable cuando la materia que vive es humana. No hay molde que se utilice nuevamente para duplicarla, ni horno que dé las condiciones de tiempo y circunstancia para reproducirla una vez más. Cada hombre cuenta con un código especial en su propio libro de genética. Cada uno tiene vida, alma y una nueva habilidad para inventar mentiras., para hacer que del órgano surja la función. El hombre es el único extraño entre la gran diversidad biológica: mientras todas las especies pastorean sobreviviendo, el hombre pasa el tiempo construyendo cosas inservibles o distrayéndose inventando la palabra que engaña y somete a los de su especie, haciéndo manuales de inutilidad y duplas de conceptos inconclusos, comiéndose con gula y hambre voraz al mundo en espera de que las ratas abandonen el barco como principio del fin.

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