sábado, 24 de julio de 2010

Larga vida


¿Te has preguntado por qué la velocidad del tiempo envejece rápidamente cuando la vida es plena y satisfactoria? ¿Te has fijado cómo repta con lentitud mientras te impacientas formado en la fila donde esperas la llegada de la felicidad? El tiempo golpea con diferente fuerza, besa dependiendo de las ganas y muerde según sea la carne en el hueso. ¿Quieres sentir que la vida es longeva y duradera? Vive despacio, abre tu comprensión, pausa tus latidos. Saca ficha para ver a Dios y espéralo eternamente. Haz fila para obtener el trámite más inútil de todos. Espera turno siendo el mayor de los desesperados. Fórmate durante días y al llegar a ser el primero canjea tu lugar por el último de la fila. Imita a Sísifo en cada movimiento estéril de su condena. Pero si lo que buscas es entender la rapidez con que la vida fluye: administra tus latidos, vende caro el aliento que te hace llegar hasta la meta, que nada sea en vano, que todo toque tierra, que vuele lejos, que se salve del naufragio.

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