martes, 25 de noviembre de 2014

Náufrago en tus mares.

Hay ansiedades en mis manos por llegar a ti. Sigo siendo el vehemente, el febril que no cede terreno al desamor. Me gustan los ojos de la madrugada buscando que duermes. Me gusta mi mirada hurgando bajo las sábanas buscando el cálido tiempo que compartes conmigo. Busco naufragar en ti, en tus mares y que tú seas la isla donde despierto sintiendo en mi rostro la suave arena de tus pechos. 

martes, 4 de noviembre de 2014

Sembrar luz en tierra seca

Los hábitos y los vicios son en esencia la misma repetición de las cosas pero ubicados en extremos opuestos de la conducta humana. Tener un hábito es haber repetido un patrón de comportamiento un número incalculado de horas. Tener un vicio obedece al mismo paradigma. El bien y el mal son los polos opuestos ha donde puede dirigirse el hombre. Ya sea volando o caminando a paso lento, a lo largo de la vida de una persona se llega lejos y se visitan, más de una vez, los extremos. Una vez hecho estancia ahí, se podrá permanecer definitivamente o se podrá desandar el camino. Hay hábitos que se pierden y hay vicios que se vuelven perpetuos. Aquí el punto magnético está en los intereses de cada quien. Añadirse vicios y virtudes son cosa de repetición y de tiempo. Lo bueno y lo malo se mezclan y la posibilidad de inventar particularidades en los patrones de comportamiento del ser humano se multiplican según la visión de las cosas de cada quien. ¿Has querido hacer de tu vida un inventario de vicios y virtudes aprendidas en el tiempo y mantenidas a golpe continuo de repeticiones? ¿Has comido de la mano de tus vicios y pateado tus hábitos más virtuosos?