sábado, 26 de junio de 2010

Escamas de adobe


No hay incógnita que dure lo que dura una estación natural. El verano y el invierno se van intercalando con verdades y con estafas. Los climas cambian y se multiplican fornicando mutuamente. Las dudas emergen del barro como formadas por la mano de Dios. Llueven preguntas y la mente humedece sus cimientos con cuestionamientos sin salida. ¿Que te gustaría saber sobre el sentido final del hombre? ¿Qué, sobre los mecanismos internos de tu conducta? ¿Qué, sobre el auténtico desdoblamiento de la realidad? Soy un ser de preguntas y de tímidos suponeres. Y aún sabiendo la verdad, ¿se le pone sal para degustarla mejor? ¿Acaso la verdad salva ofreciendo consuelos ficticios, simulacros de esperanzas ficticias o devastadoras estadísticas? Soy de adobe extraído de las minas del desconcierto y ante el sol mundano mudo mis viejas escamas como improvisando una salvación. Soy de recién lodo que ante una lluvia tropical no soy capaz de mantenerme en pie.

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