lunes, 21 de febrero de 2011

Hacer con el ensueño

Enriquecerás tu boca con los besos negados en las esquinas donde las mujeres de alquiler hacen juramentos devotos y castos. Desembarcarás tus sonrisas en las multitudes para que se disuelvan lejos de cada palabra mencionada. Fingirás pensamientos alegóricos ante el espejo mientras inventas un menú de esperanzas personales. Nacerás de lo viejo y crecerás creyendo que en el taller del amor la forja sigue encendida. Darás un paso como retrocediendo pero no irás a ninguna parte salvo con el boleto imaginado. Comerás las uñas nacidas del propio brazo cada vez que te sorprendas recordando que de la mano nacía la prosa y el garabato mientras la lluvia tardaba en irse del cristal. Beberás los sueños en nubes distraídas, y con el matamoscas dispuesto le perdonarás la vida a las insoportables golosas. ¿Has estado lleno de acciones a tal grado que todo lo puedes hacer con el ensueño, la imaginación y la mente? ¿Has eructado con gusto un manantial de recuerdos después de saciar con haceres la continuidad de tus días?

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