miércoles, 2 de febrero de 2011

Tumores emocionales

He pensado que los miedos que formaron mi personalidad siguen siendo los tutores emocionales de mi vida. A la fecha son los que dictan el guión con que me muevo, los que me articulan los pasos hacia atrás, los que me indican las reclusiones repetidas en sótanos y catacumbas. ¿Has encontrado en el puesto del yerbero conjuros curativos que ahuyenten lo que paraliza desde dentro? Cría miedos y devoraran tu paz interior, alimenta temores cultivándolos en las macetas que cuelgan de tu alma y no podrás dar un par de pasos hacia la aventura. ¿Has encontrado entre las promesas más comunes algún manual que hable sobre pócimas psicológicas que supriman los miedos anegados? Sigue permitiéndole a tus miedos lamer la médula que anida tus huesos y jamás podrás cruzar la calle, aunque del otro lado te esté esperando un oasis custodiado por sirenas. Atrévete a incendiar un poco la hierba seca que dejó atrás la primavera, rompe un poco más los vidrios rotos por donde te asomas al futuro, vende por kilo la humedad oxidada que detiene tus pasos. Pídele al viento que ulule promesas y canciones, que arrastre los fantasmas que posan sus garras en tu cabecera, que silbe sortilegios destructores de miedos. ¿Has tenido la valentía de extirparte a mano tumores emocionales?

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