lunes, 20 de octubre de 2014

Un mañana sin pasado

Mi esperanza está puesta en el hoy. No hay minutos que no le correspondan a un día del calendario, no hay horas pasajeras ni meses que suiciden la espesura de su tiempo. No hay brevedad ni amplitud para lo que no acaba de existir. Sólo hay instantes inmediatos atados por el infinito. La renuncia a la eternidad no es posible jamás, la evasión del tiempo no existe, lo inmortal gravita sobre el filo secreto de la muerte. Ni el mañana ni el pasado existen como tales. Son inventos de lo inmediato en el presente tratando de camuflar su verdadero rostro. Es la ingeniería del tiempo sobreviviendo a su propia fugacidad. ¿Has firmado un manifiesto de renuncia donde ya no acates más la perennidad que olvida, que marchita a la semilla germinada, que da fin a las ganancias de una vida?

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