martes, 28 de octubre de 2014

El filo necio de la palabra

Caminar sobre el filo estricto del cristal que rompe los huesos, comer del barro que se amasa donde mis recuerdos descansan, cantar versos del corazón que se inspiran en espinas y serpientes enroscadas en cardos. Todo es ficción y tierna melancolía. Palabras huérfanas. Prosa saturada de adjetivos, un intento de hacer literatura emergente y personal. No hay locura ni deseo de cortarme los sueños. No hay verdugos de mi destino ni locos en mi jaula interior. Sólo hay letras endulzadas en la tiniebla del tintero. Sólo hay el impulso de la mano por sacar palabras de los bolsillos del chaleco. Palabras necias y un animal agrio que se empeña en mostrarse a través de la sonrisa. ¿Que cosas de verdad has apreciado en tu perfil existencial? ¿Cuáles son los vicios que verdaderamente has madurado pero que en realidad son virtudes irredentas, rebeldes, iconoclastas? Deja todo y sal al mundo a conocer un poco del cansancio que los vagos tienen al final del día. Viaja entre calles buscando la orilla del infinito y bebe de los suspiros de la gente que no sabe la tercera vocal de su identidad. Saca a pasear a tu animal agrio sonriéndole a todos con una gracia natural y condescendiente. Luego regresa a casa y siente, entre la fatiga de la vida, el número de instantes que eres capaz de aprovechar siendo.

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