lunes, 27 de octubre de 2014

Lo que llevas dentro

Rotundo el amanecer después de las tinieblas. Vuelvo la vista atrás y siento tu aliento humedecer con frío mi esperanza y mi nuca. Corro y me distancio de tu manto. Me alejo más y dejo de sentirte sobre mis huellas. Cuando al parecer ya te he perdido voy al espejo y al sonreír mi victoria veo los huesos blancos de mis dientes y te veo de frente y entiendo que me has alcanzado al fin. Sin embargo todo es tu dominio y decides esperar. Te hospedas en mi interior y desde ahí no me abandonas. Prometes mantenerme en movimiento y yo acepto todos los términos, aún la letra pequeña, aún la fecha de caducidad. Qué crueldad que el hombre pueda ver la muerte en su interior en el brillo humano de su propia sonrisa.Qué ironía que lo más lustroso del rostro sea de hueso y no de alma inmortal y eterna. Aún así, el boleto vale oro espiritual y es mejor no bajarse antes de llegar al destino donde se ha de desatar la soga que liberará el viaje del barquero. Aún así es mejor llevar pasajero que ir vacío de todo brillo, luz y sentido. ¿Has mordido tu brazo derecho para saber que debajo de tu piel está la condición humana que te ata a esta vida? ¿Has roto el remo del barquero queriendo inutilizar el movimiento donde concluirá tu viaje? No te inquietes de lo evidente y sonríe más a los demás y a ti mismo como señal de que comprendes lo que llevas dentro.

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