miércoles, 22 de octubre de 2014

La razón del movimiento

Canto los símbolos del tiempo interior que vivo, salgo a la lluvia que imagino y escucho canciones que encuentro a mi paso. Soy hijo de tu olvido y de tu recuerdo, de esa lucha que dejan las horas de encuentro con uno mismo. Soy padre de los ratos infelices que agobian tus sueños. He tratado de abrir las cartas nuevamente para revisar las señales, sólo que no he sido capaz de traducir tus miedos. Me mantengo sobre la banqueta y desde ahí camino. Me dirijo hacia otras tierras donde la lluvia no cese. Veo el horizonte desde lo alto del tiempo y sé que la ruta a seguir tiene un horizonte promisorio. ¿Has comprendido que la existencia puede explicarse desde una razón de movimiento que, aunque se detenga en varios puertos, su razón fundamental es el avance que no cesa? ¿Has caído en la cuenta de que el engrane de los días se mueve sin reducciones ni descuentos? 

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