viernes, 9 de mayo de 2014

Sobre los gatos que alimento

Me entretengo en labrar mis cosas, tejer el tiempo, tallar los días, dibujar mis sueños. Ocupo las horas entre pensamientos que son dudas y certezas. Deambulo por las noches viendo por la ventana si lloverá de madrugada. Me he vuelto como los gatos que alimento, todo un lector de los movimientos en mi interior. Callo y me hablo en silencio a través de una charla mental con temas viejos. Me cuento a mí mismo sobre el tiempo mar adentro y disfruto que ahí siempre llueve y es frío y melancólico. Ayuno de toda noticia que salga de la boca de los televisores, comulgo con lo que entiendo al ver el mundo y apoyo ciegamente las nociones que tengo de la existencia. ¿Has entendido que así como hay verdades que te llevarán lejos también hay otras que te harán tropezar en el camino? ¿Has visto, cuando la tela que cubre el verdadero rostro de las cosas cae, las sonrisas que van sin dientes o las alegrías que no prosperan? ¿Has encontrado que lo más sencillo es aquello que está oculto a los ojos de todos?

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