martes, 20 de mayo de 2014

Los árboles que entierro

Cargo a cuestas mis sonrisas y mis prosas. Y con ellas me río solo y me mantengo en estado de gracia espiritual suponiendo nuevamente lo que ya sé de cierto. Ando todo el día preguntándome cosas e inventándome respuestas posibles. Camino por senderos ya andados descubriendo detalles en el paisaje. Me caigo de alegría por los 14 árboles que he plantado en los últimos 5 meses en honor a mis años vividos. Me gusta festejarlos poniendo árboles en tierra. ¿Has pensado que una rama de patol que no se entierra muere? El árbol del colorín que como esqueje va a tierra renacerá en ella y crecerá echando raíces. La tierra recibe a los cuerpos muertos para olvidarlos, para descarnarlos y convertirlos en huesos. Bendita sea la tierra que da vida a las ramas amputadas de los árboles. Bendita la naturaleza que tiende a recuperarse de la devastación humana.

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