viernes, 31 de marzo de 2017

Su piel de piedra

Un trueque valioso. Mi viejo de piel de piedra por tener un corazón sufrido, me dijo: “Que escribiste un libro”. Asentí y me dijo: “Deberías traerlo para ver qué aprendo”. Y ahí van mis Letras de ceniza a las manos de mi padre. Él no sabe de trueques ni de literatura, pero su interés por lo que hago me dio mucho: una lluvia interior que me refrescó el alma, un llanto silencioso, sin lágrimas y lleno de encanto. Qué generoso al mostrar su interés. Qué sensible a pesar de ir cargando un caparazón de piedra en lo que dice, hace y demuestra. Qué humano por acercar sus ojos cansados a mis letras que nada dicen y que nada enseñan.  Ya me dirá lo que tenga que decirme, pero por el momento el intercambiar un fajo de papeles llenos de palabras necias por su atención me deja ganancias que no me caben dentro. ¿Has sufrido el vestigio de un cariño que no llega, que no puede darse o que simplemente está maniatado en los nudos de un corazón? ¿Has deseado el abrazo sincero de aquel que te dio vida, o la palabra de afecto que no es capaz de pronunciar por estar herido?

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