Hoy dejo la escuela por algunos días. Dejo las butacas y mi escritorio. Me olvido de los formularios y de las planeaciones de español y matemáticas. Hoy salgo a romper mis carcajadas en el aire. Voy a golpear la pelota con la virilidad de mis manos. Voy a salir a la calle y a cazar el tiempo estático de los nuevos grafos y también, antes de que se aniquilen por completo, de los desvencijados. Salgo a cosechar postales y garabatos de pared. Comprobaré otra vez que la poesía empieza en los muros de la ciudad. Comprobaré que la aventura está dispuesta sólo para aquel que se sabe explorador.
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