jueves, 12 de agosto de 2010

Enmedio de los recuerdos

Como una salida a las calles en busca de algo nuevo, así es un despertar común bajo los signos de la sorpresa. Creo que los órganos de la visión tienen un ajustador manual para hacerlos más sensibles a las cosas que suceden. Creo que tal sensibilidad se conecta automáticamente a los sensores que el corazón tiene y se activa cada vez que los recuerdos se derraman desde dentro. ¿Has pensado que tu vida ha sido ocupada por recuerdos que con insistencia se dedican a motivar imágenes y sensaciones que tienen la cualidad intensa de regresarte a la vida? ¿Has aprovechado, aún sin haber entendido el complejo mecanismo con que operan, la versatilidad de los recuerdos para engrandecer tus minutos? Es ordinario acercarse al recuerdo simplemente como una respuesta natural del organismo. Otra cosa es engendrarlos desde dentro. Amasarlos como arcilla de colores. Olerlos invitándolos a que germinen. Otra cosa es desnudarlos lentamente como si fueran una mujer diáfana y reminiscente. Otra cosa es liberarlos del grillete para que salgan de sus celdas persiguiendo un poco de luz. ¿Has madurado recuerdos reescribiéndolos con devoción, maquillándolos con mentiras construidas al dedillo, pintándolos con máscaras y antifaces? La vida crece como un tronco que levanta los cimientos de la conciencia, y a su lado los recuerdos florecen con raíz de hierba seca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario