viernes, 15 de julio de 2011

Catapultas de sonidos

Siempre hay mucho que decirle a la gente y siempre hay mucho que escucharle. Sin embargo, es más amplio el repertorio de lo que no se debe escuchar y de lo que no se debe decir. ¿Has fornicado alguna vez con el voto del silencio cerrando oídos y boca, pero atendiendo tus voces interiores? ¿Has perdido los códigos comunes del lenguaje fortaleciendo tu propio abecedario? ¿Por simple desgana has balbuceado incoherencias mordiendo con ira las palabras que utilizas?. Hay días en que prefiero la conmovedora charla del silencio que cualquier fonema emitido por la boca de mis semejantes. Prefiero el silencio soportado con dulzura que la estultez de un choro inacabable. Las embestidas de palabras ajenas a veces carcomen mis oídos. ¿Has estado en franca fuga de la voz que abruma, que incide ofensivamente, que cultiva cardos y espinos en tu sistema auditivo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario