sábado, 6 de junio de 2009

Los nombres que nunca escribo

Bajo la ruda piel de los días que se viven a diario existen sombras y brillos, vacíos y asideros, tu nombre y el anonimato de los amores de paso. ¿Has sentido cuando una ráfaga de miedo hiela el movimiento con que escribes cien veces un destino fingido? Cuando caminas entre prisas abordando el autobús de la rutina y dejas de notar detalles por la ceguera de tus ojos ocurre que la existencia se diluye por la alcantarilla más cercana. ¿Sabes cuántos latidos caben en una vida y cuántos han sucedido en ti como un acto de olvido? ¿Sabes cuantas esperanzas entran en un cansancio que las condena a perder la ilusión? ¿Sabes cuántas veces mis labios cabrían en un beso prohibido? Cuando el mañana se disipa convirtiéndose en pasado ocurre que en el árbol de la esquina escribí, con un pedazo de tiempo antiguo, el nombre de una mujer que nunca conocí.

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