jueves, 1 de enero de 2015

Al alcance de la mano

¿Has sentido que tenías algo y que de pronto se ha ido? Lo particular de esto es que cuando así pasa las cosas que se van se quedan con un sentido e intención diferente. Es entonces que uno puede poseer lo que no le pertenece o tener al alcance del sentimiento lo que no es propio. Muchas cosas se han ido a lo largo del tiempo, algunas se han diluido sin importancia, pero otras se han perdido con la etiqueta de irrecuperables y son las que me han enriquecido de una forma extraña y peculiar. Perder para siempre algo me permite poseerlo completamente. No tengo que tener todo al alcance de la mano para que me pertenezca. Es mío simplemente porque lo incorporo a lo que soy, a mis ausencias y a mis olvidos. Me gusta tener ambas situaciones, es decir, lo que tengo y lo que me hace falta. Esto es como los recuerdos, se llevan en la cartera del pensamiento simplemente como un sustituto de lo vivido, pero al mismo tiempo, el asunto no se queda ahí y va más lejos creando nuevas emociones, ideas y sentimientos. Llenarse de lo que no es de uno es inventarse como dueño de cualquier mundo. Me gusta llenar las maletas de posesiones que no valen y de riquezas que nadie valora. ¿Te has sentido amo de lo que nadie desea y rey de todo lo que puedes tener?

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