sábado, 29 de agosto de 2009

Manojo de esperanzas.

Son hermosos los segmentos de lluvia que caen a tierra en franco combate contra la sequía. Mis recuerdos se sacuden el polvo y absorben la neblina que se atreve a mojar los campos bajo la luna. Me hago un collar de cantos de grillo y lo arrojo a destiempo a la fuente de los deseos, ahí permanece en espera de hacerse realidad desdoblándose como un molusco que evoluciona. La sed se sacia en un pequeño y transparente recuerdo de cuando la tierra olía a mojada. Hay sentimientos que prevalecen, otros que huyen apurados y algunos más que se olvidan como conchas de insectos bajo un árbol en descomposición. ¿Has estado cerca de la madriguera de tus gritos? ¿Has experimentado un cosquilleo cuando la vida comienza a renacer entre los poros del tiempo? ¿Has cosechado esperanzas en verano, cultivado semillas de locura en plena luna llena, embarazado ilusiones nocturnas? Saca un poco tu corazón al viento que nace y empuja desde las esquinas de tus ilusiones, mantenlo hasta que casi se ahogue de exterior y luego regrésalo a tu pecho para que nade contento entre los muros de tu tórax. Después échate a vivir con un manojo de esperanzas renovadas.

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