jueves, 1 de diciembre de 2011

Las sirenas de la calle

Hay banquetas de concreto que son islas donde bailan las sirenas. Tocan las campanas en la barda de al lado, la lluvia gime una oración dolorosa. La tarde es un tiradero de nostalgias con membrete. Produce en la memoria la añoranza del pasado. Cultiva calmas y una tendencia a analizarlo todo. ¿Has estado quieto en algún rincón de la casa, mientras el gris de las seis de la tarde atraviesa la cristalería de una ventana por donde también se filtran los recuerdos de una jornada? ¿Has estado quieto preguntándote sobre el esmalte patinado, sobre el oxido precoz, sobre el sarro inmaculado que emergen de las baldosas de la memoria? ¿Has quedado quieto, como desfasado del correr nato del tiempo, comprendiendo la verdadera sustancia de las cosas vanas? Las sirenas de la calle cantan, y su canto me llega en forma de voces distantes que provocan que recuerde detalladamente lo que nunca sucedió.

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