miércoles, 7 de diciembre de 2011

Salud a tus secretos

¿Has guardado secretos en el armario? ¿Los has metido debajo de las piedras que no traicionan? ¿Los has encadenado bajo la llave de la promesa? Las voces de los secretos no son mudas, saben manejar la palabra y soltarla en algún momento inesperado. Los secretos se guardan por algún tiempo, luego se publican de forma retroactiva. El hoy es próspero para almacenar secretos. El mañana es la insidiosa bruja que los revelará. Cultiva secretos pensando que sólo te pertenecerán a ti. Riégalos con la mudez de los analfabetas, sepúltalos en las planchas frías donde reposan los muertos, acomódalos en las gavetas donde el polvo crece con prosperidad. Luego sácalos de su escondite y ponlos a la vista de todos. De esta manera a nadie les interesará buscarlos, encontrarlos y revelarlos. Un secreto vale sólo por su condición de desconocido, por su naturaleza prohibida, porque sólo posee un dueño. Pero una vez que se hace público a nadie le interesa. Una vez que todos lo saben es imposible mantenerlo valioso y seductor. Cultiva tus secretos y mantenlos apartados del rancio saber de todos.

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