viernes, 20 de noviembre de 2015

Enteramente tus dientes

Condiciono mis lecturas a sólo tus versos flacos. Me enlisto en los días de siempre concibiendo que el universo es un gran gramo de ceniza. Me dejo caer en tus brazos para que acicales mis dudas, des alas a mis esperanzas y me endeudes a tus muslos. No levanto un brazo ni para escribir la crónica del encuentro con una nueva duda. No abro mis ojos porque me consuela repetir en mi memoria lo que ya he vivido. No abro mis manos liberando palomas como me dijiste, tampoco hago salir sonrisa de mis labios ni empiezo aventuras tripulando mis zapatos. Sólo me dejo estar y sentir. Sólo me permito besar tu boca por el sabor dulce de tus dientes. Me gusta la forma en que lo óseo de tus besos al morderme me entera de la forma en que me quieres. Y te amo en ese momento no por tu piel o por la tersura irredenta de tus caderas, sino por la estructura irregular de tus dientes al quererme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario