miércoles, 31 de diciembre de 2014

Girar los ojos

En la línea de la eternidad no existe júbilo por dejar un año y empezar otro, sin embargo, en la zona habitada por el ordinario ser humano, las cosas son diferentes. Hay una excesiva grandiosidad en las sonrisas por lo que partió (en caso de que haya cálculos positivos), y una fervorosa necesidad de iniciar algo nuevo como receta de supervivencia. La resurrección de alma, corazón y piel es un recurso para los condenados. Tomo mis manos y las miro y me doy cuenta de lo que puedo hacer con ellas, y me sonrojo al ver que he hecho sólo algunas cosas marcadas en la lista: escritos personales, dibujos obsesivos de diablos y calaveras, un ajuste de cuentas en el jardín de las dalias, mover una pieza de ajedrez gritando jaque mate, un desportilleo en la pared después de golpear la gosua con la hinchazón de mis huesos, un agujero en la memoria rastreando asuntos de mi infancia, sembradíos de nuevas promesas que darán luz a mis sonrisas, olvidos prematuros de gente que en algún momento estrechó estas manos que olvidan. La resurrección no es un negocio de los muertos, sino un asunto estremecedor de los vivos. Porque sólo los que aún respiran pueden girar los ojos en busca de un destino, un motivo o una despedida. ¿Has proyectado una lista en tu cuaderno de cosas que deseas hacer, algo así como mudar la piel de tus caídas a unos nuevos huesos resistentes, o cambiar la luz en tu mirada para detectar el movimiento fútil del vuelo de una mosca, o identificar las partes del pequeño proceso que da origen al nacimiento de una idea, o  ponerte a prueba con imposibles a tu alcance?

martes, 30 de diciembre de 2014

La seducción y el reto

Me gusta el fin de año porque correteo el tiempo, apurándolo para verlo renacer. ¿Has hecho tu lista de propósitos inminentes, o has caído en la decrepitud moral de decir "qué sentido tiene hacerlos si no los voy a cumplir"? El reloj se abre con enormes posibilidades. El porvenir se instalará en el próximo futuro y tomará la piel de un presente insospechado. Lo he dicho ya aquí en este tiradero de palabras: si hablo de la tristeza no es porque tenga el corazón triste, y si hablo del llanto y de la muerte no es porque esté llorando o esté de luto. Simplemente me gustan los temas obscuros donde las cosas emplean distintos antifaces para aparentar nuevos rostros. Me gusta la alegría y la satisfacción que queda al estar en busca de ella de forma permanente. Me gusta la felicidad cuando llega escasamente a los poros de la piel del corazón. Amo lo que tengo y tengo el vicio de ver más lo que está a mi lado que lo que me hace falta. He aprendido a tener lo que no poseo y a poseer intensamente lo que me pertenece. Voy de paso pero lleno el equipaje con libros y cuadernos, con postales que yo invento y con amores de paso que pasaron. Me quedo al lado de los míos ofreciendo el abrazo que protege y la mano que acompaña durante el viaje. Abro mis pasos a la calle y me pierdo en la espesura de la ciudad que ando. Aprecio la fauna urbana con sus seres misteriosos que levitan entre callejones y vecindades. Retrato a diario los rostros de posibles amigos, todos ellos desconocidos que me encuentro en las multitudes y en las esquinas. Justifico mi vida diciendo que he vivido a lo largo de esas filas interminables donde la gente se forma para hacer un trámite cotidiano, para pagar un servicio, una multa o para identificar el rostro sin vida de algún desconocido. También la justifico diciendo que he sentido desde la pequeña e insignificante sonrisa del tiempo detenido, hasta la grandeza superlativa de haber aprendido una palabra nueva. ¿Has empezado a atreverte prometiéndote a ti mismo lo que no estás dispuesto a cumplir, o estás en la disposición de retarte nuevamente con aventuras que seducen?

lunes, 29 de diciembre de 2014

Sed de tiempo

Me gusta hacerme mayor cada día. Ganarle un día más al tiempo. Me gusta sorprenderme con la espesura de mis arrugas descifrando sortilegios entre la densidad de mis años. Si viviera eternamente me dedicaría a hacer lo mismo que hago. No intentaría ir más allá de mis dimensiones. Seguiría siendo el ordinario que soy. Continuaría platicando bajito o en silencio conmigo mismo. Pensaría mientras hago reparaciones de la casa, ya cortando el pasto, ya apretando con paciencia los tornillos de otra cerradura que se afloja, ya construyendo un nuevo librero o dándole mantenimiento a una repisa desvencijada. Tendría reflejos de mis propios pensamientos y recordaría las voces que compartí mientras el tiempo hace su recorrido por mi cabeza. Si fuera eterno mantendría el paso que llevo. Seguiría anotando en mis libretas los libros que leo entre semanas. Seguiría escribiendo lo que escribo. Muchas veces sé que pocos entienden lo que sé, por ello seguiría escribiendo como lo hago y seguiría arrojando mis versos perversos y mis prosas leprosas a los ojos de todos. Bien se sabe que el mejor escondite de los vicios secretos y reminiscencias infantiles y pre-seniles es ocultarlos fuera de un escondite. No sé, pero creo que si fuera eterno (y añádole, inmortal) me ocuparía en pensar los mismos temas sobre la vida y la muerte. Supongo que me mantendría haciendo suposiciones e inventando certezas sobre lo que supongo. Creo que creería en lo mismo que creo, pero ignoraría más porque me percataría con mayor certeza de mis míseros saberes. ¿Sabrías escribir una lista de actividades por siglo si aspirases a ser eterno? ¿Podrías imaginar lo que sería de tu vida viviendo para siempre? A veces, muchas veces, casi siempre que estoy solo, tengo sed de tiempo y de eternidad.

domingo, 28 de diciembre de 2014

El viaje a pie

Tiene el visitante de esta vida una larguísima ilusión, que cuando se marcha ha de ir triste por salir con las manos vacías. ¿A dónde llevarse algo que no es posible transportar simplemente porque no existe transportador alguno? El corazón, el alma y la mente se llenan con grandes aventuras, pero siempre me ha quedado esa sinrazón. Las maletas del viajero van llenas de artefactos, pócimas y mapas con tesoros, proyectos que se concluyeron, ilusiones nacientes, vicios y virtudes. Pero ¿qué sucede cuando se viaja con maletas desbordantes que guardan libros pendientes de ser leídos, textos personales que no fueron escritos, dibujos y pinturas que no se hicieron, esculturas que se quedaron dentro del bloque, partidas de ajedrez apenas iniciada la apertura, cajas de catorce mil piezas de un rompecabezas que se guardan en su celofán, juegos de frontón que no empezaron, besos de padre, de amante, de loco que no se dieron, tragos pendientes y charlas inconclusas? Cuando el tranvía llega a la última estación y la tierra abre su boca como un túnel que termina de tajo, ¿qué pasa? ¿ Esas maletas a dónde van? ¿Se pierden en el transcurso del viaje al igual que el viajero? Ya lo he dicho de muchas formas, pero es necesario decirlo una vez más. La única salvación a esta vida es la inmediatez de la conciencia, el darse cuenta de que se está ganando todo antes de que todo este perdido. La vida es una cuestión de apreciación y de certezas. Lanza tus dados y gana la partida alegrándote por ganar o por perder. Haz proyectos y tira lejos las piedras que guardas en la mano. Lo trascendente es entender la vida en su momento aunque de este mundo no se salga por propio pie. ¿Has brindado por la sonrisa de tu boca iluminando un pequeño eslabón en tu conciencia? ¿Has simpatizado con tus ideas hasta el punto de creerlas verdaderas?

sábado, 27 de diciembre de 2014

Entre la trenza de la luna

Los cambios de la luna tienen su misterio. Lo oculto es un manto de magia que dota a las cosas de algo cambiante. ¿Has observado, en la llanura del espejo, tu rostro dibujado de forma distinta cada mañana? ¿Has encontrado en él mapas diferentes donde puedes leer las incógnitas de tus propias sorpresas? Hay momentos en que un cristal pasajero me sirve para ver la profundidad de los surcos que el tiempo ha arado en mi frente. Hay minutos fugitivos en los que comprendo cosas extrañas que nunca pienso, pero que de pronto entiendo desde una dimensión poco usual. Hay pedazos de tiempo que abren sus pliegues para invitarme a saber con gran intensidad lo que pocos segundos después voy a olvidar. Es algo parecido a lo que son los sueños. Al despertar se recuerda con gran nitidez, sin embargo, al paso de los minutos y al ir incorporando las vivencias de cada día, el sueño se diluye como algo fugaz. Entonces la capacidad de recordar se incapacita y el olvido ocurre completamente. El punto es que esa lucidez que me ilumina por fragmentos es, supongo, la misma que me hace perder todo tipo de recuerdos inmediatos. Por ello sé que hay mil caras que refleja mi rostro en los espejos del tiempo. Tengo antifaces y máscaras que hablan de mis metamorfosis en el calendario de lo que soy.

martes, 23 de diciembre de 2014

Filosofía y letra

Me parece que cualquier persona tiene, no el derecho (que lo otorga la ley), pero si la posibilidad (que la da la existencia) de creer en lo que las convicciones personales le alcancen. Cada quien sabrá (o no) las razones y las certezas de sus verdades. No hay mayor condena o mayor olvido que la de diseñar la sonrisa personal que lo marque a uno como individuo. Anoche pensaba entre sueños, que prefiero el sincero error de convicción que la dogmática creencia de lo que me dicen que soy. Prefiero la caída y el raspón, así como la pomada curativa después de darme cuenta de mi error, que vivir siempre pensando que yo tengo la razón y que los demás están equivocados. Me gustó darme cuenta de que cada quien tiene la posibilidad de caer y levantarse cuantas veces le marque su destino. Y cuando escribo destino me refiero no a un devenir marcado tajantemente, sino al camino que cada quien ha de recorrer para encontrarse a sí mismo. ¿Has entendido el fanatismo que te mete el pie cada vez que dices que la poesía sólo busca decir lo que es muy complicado decir? ¿Has sido el ácido que corroe la libre voz del que canta que el corazón del amor es de carbono?

lunes, 22 de diciembre de 2014

Como un explorador

Hoy dejo la escuela por algunos días. Dejo las butacas y mi escritorio. Me olvido de los formularios y de las planeaciones de español y matemáticas. Hoy salgo a romper mis carcajadas en el aire. Voy a golpear la pelota con la virilidad de mis manos. Voy a salir a la calle y a cazar el tiempo estático de los nuevos grafos y también, antes de que se aniquilen por completo, de los desvencijados. Salgo a cosechar postales y garabatos de pared. Comprobaré otra vez que la poesía empieza en los muros de la ciudad. Comprobaré que la aventura está dispuesta sólo para aquel que se sabe explorador. 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Capiteles de cantera

No me canso de andar las calles visitando la ciudad. Voy a su encuentro entre pasajes de viejas vecindades y casas que se caen a pedazos por el peso del tiempo en sus vigas. Voy sobre su asfalto como un organismo parasitante en una relación simbiótica. Me adentro en la zona de las antiguas harineras y me sorprendo de que siga vivo, mendigando como un delincuente, su hijo bastardo: el cinema Irapuato. Me alejo de ahí dándole mi bendición y mi esperanza. Me pregunto qué pasará con la ciudad el día que muera el último resquicio del cine porno. Hay costumbres que sólo declinan al morir sus parroquianos. Visito su derruido frontón con sus bardas de 36 metros, cuarteadas por el inmisericorde olvido del municipio, pero habitada por sus vagos y por sus borrachos. Ir al "Revolución" a golpear la pelota es como meterse por un buen rato a las canchas del cereso. Estar ahí es como salir de la celda para entrar al presidio. Sin embargo, en mi bolsillo izquierdo guardo la llave que, al estar satisfecho del juego, me permite salir nuevamente a la libertad de la calle. Me enredo devotamente, avariciosamente, en los tianguis de la ciudad. Me gustan por  sus chacharas inservibles, sólo útiles para quien sabe ver, en un mecanismo oxidado de reloj, la estética de herrumbres que deja la mortandad de las cosas. Me gusta porque me encuentro con el hombre de largas barbas canas que recoge basura todos los días y que, precisamente un martes, en el tianguis del tercer mundo me presenta, por 10 pesos, la mágica destreza literaria de Henry Miller en un "Sexus" agobiado por el uso. Y luego, por 15 pesos más,  llega Milán Cundera susurrándome a los ojos una "Insoportable levedad del ser" que, por causas mayores  rechazo. No me gusta tener libros con el moho que dejó la inundación del 74. Sin embargo, las voces de Juan Rulfo, Agustín Yañez y de Gabriel García Márquez me incitan a que siga buscándolos en esa gruta de trastos viejos y trebejos oxidados. ¿Te ha gustado la increíble riqueza del mercado de la ciudad, donde los briagos y las prostitutas ofician la vida a la salida de un hotel de paso, junto a la cantina que vende pulque y sueños que no cuestan más allá de la ilusión de ser soñados? ¿Has visto de cerca el rostro de las fachadas del tiempo que las casas tienen en sus rizos y capiteles de cantera?  

La acumulación de los días

Ronronean los gatos cuando el  sol no toca su pelaje y buscan un poco de contacto humano. Trinan las aves sonidos minerales mientras el pez nada, suave y prístino, en los tersos recuerdos del mamífero que regresa al pasado. Sólo el hombre bebe del tiempo diluido, sólo él es el náufrago de  su propia memoria inventando, borrando y reescribiendo pequeños islotes de humus y barro para meter los pies y sentirse real. Es una condición humana el naufragio de la memoria, la perdida paulatina de la veracidad de lo sucedido. Los recuerdos son lo que queda de un contrato con la realidad que se vicia y se altera con profundos roces de invención. La memoria puede almacenar historias que no pasaron o que sucedieron en sueños o que se han difuminado como un manantial que se ha secado. Aquellos que tienen recuerdos y regresan a ellos por devoción, melancolía o adicción fantasmal,  de noche vacían sus bolsillos para hacer un balance de lo vivido por un día, entonces se acomodan las islas en el continente de la memoria cambiando la geografía del alma. ¿Has respondido satisfactoriamente, creyéndolo cierto, a la incógnita de lo que sucede con los recuerdos residuales después de la muerte? ¿Has sabido, como algo certero, la ruta de almacenaje de lo vivido?  

sábado, 20 de diciembre de 2014

¿Qué tengo que ver conmigo mismo?

Una libreta donde madura el tiempo. Los cuadros de infinitas piezas del rompecabezas de mis sueños. Una posibilidad articulada de imaginar mi destino. Tres líneas que valen la pena en este sembradío de palabras que libero a diario empleando nombres falsos. Una inagotable sentencia de lo que la vida me depara al momento de percibir el instante que narro. Libros que leo de madrugada, en los viajes que hago en los camiones y en el metro que me lleva lejos, libros de hojas argentadas donde me reflejo con algunos vicios que maduran, libros que son cuevas llenas de ecos donde gritan los nombres que me inventan. La sonrisa interna que sabe reconocer el olor, en un corcho antiguo, del vino que me hace recordar el porvenir. También las calles tatuadas en la piel agria de la ciudad. También sus hoteles y sus mujeres de alquiler perdiendo los sueños a cambio de monedas. Un muro para golpear la bola dura que va y viene como el tiempo. Lo que tengo que ver conmigo mismo no tiene rostro, pero sí muchas sombras que se adelgazan en la memoria pasajera. 

jueves, 18 de diciembre de 2014

La máquina de retratar el tiempo

Andar sobre tu piel desnuda es el arte del vago que soy. Habituado a caminar sin rumbo y perdiendo el tiempo he acostumbrado a no hacer nada sobre la ciudad que sostengo en mi memoria. Sobre el asfalto de las calles o montado en la dura piel de concreto de las banquetas voy como un recluta de la ilusión encontrando nuevas lecturas de la realidad. La brevedad de mis placeres está muy ligada a la longeva actitud de creer en todo. Me uno a nuevos deseos y los vinculo a mi afán de estar seducido por tus muslos, esto sin interrupción y sin desvaríos. Acometo entonces la llave que tengo de la memoria y la giro en la cerradura para liberar, de la persistente vejez, a los recuerdos inmutables. Sólo ellos hablan de lo que fue la máquina con que retraté el tiempo que se diluyó preso en daguerrotipos y postales antiguas. ¿Has sujetado, de forma definitoria e irreversiblemente, con voluntad y memoria, las cosas que el tiempo permite sujetar? ¿Ha temblado tu mano al manejar la yunta con que aras la ruda piel del tiempo?

martes, 25 de noviembre de 2014

Náufrago en tus mares.

Hay ansiedades en mis manos por llegar a ti. Sigo siendo el vehemente, el febril que no cede terreno al desamor. Me gustan los ojos de la madrugada buscando que duermes. Me gusta mi mirada hurgando bajo las sábanas buscando el cálido tiempo que compartes conmigo. Busco naufragar en ti, en tus mares y que tú seas la isla donde despierto sintiendo en mi rostro la suave arena de tus pechos. 

martes, 4 de noviembre de 2014

Sembrar luz en tierra seca

Los hábitos y los vicios son en esencia la misma repetición de las cosas pero ubicados en extremos opuestos de la conducta humana. Tener un hábito es haber repetido un patrón de comportamiento un número incalculado de horas. Tener un vicio obedece al mismo paradigma. El bien y el mal son los polos opuestos ha donde puede dirigirse el hombre. Ya sea volando o caminando a paso lento, a lo largo de la vida de una persona se llega lejos y se visitan, más de una vez, los extremos. Una vez hecho estancia ahí, se podrá permanecer definitivamente o se podrá desandar el camino. Hay hábitos que se pierden y hay vicios que se vuelven perpetuos. Aquí el punto magnético está en los intereses de cada quien. Añadirse vicios y virtudes son cosa de repetición y de tiempo. Lo bueno y lo malo se mezclan y la posibilidad de inventar particularidades en los patrones de comportamiento del ser humano se multiplican según la visión de las cosas de cada quien. ¿Has querido hacer de tu vida un inventario de vicios y virtudes aprendidas en el tiempo y mantenidas a golpe continuo de repeticiones? ¿Has comido de la mano de tus vicios y pateado tus hábitos más virtuosos?

viernes, 31 de octubre de 2014

Cómplice del destino

Te acompaño a todas horas, a cada minuto y a cada instante. Soy etéreo pero te necesito para dar los pasos de siempre por la ciudad que amo. ¿Soy de gas, de humo, acaso un suspiro, dicen, de Dios? Soy lo que te necesita para poder mirar el movimiento incesante de las cosas que la calle ofrece en cada esquina y en la danza de cada persona inventando el mundo. No me basta con ser lo que soy porque te necesito para percibir la tersura de un beso y la necia agriedad, al mismo tiempo necia y precisa de un tinto envinagrado. Pedazo de cuerpo que no me dejarás hasta morirme. 

miércoles, 29 de octubre de 2014

Sol de cempasúchil

Tus ojos de flor arrojan fuego desde el profundo magma de tu alma. Me gusta meter las manos en el volcán del verano perpetuo de tus senos. Me pierdo en el laberinto irresoluto de tu vientre. Caigo, como un gorrión sediento, en el bebedero abundante que nace en el fuego de la unión de tus muslos. Ojos de luz de vela en la obscuridad mirándome profundamente. Ojos de flor de más de veinte pétalos aromatizando mi mirada.

martes, 28 de octubre de 2014

El filo necio de la palabra

Caminar sobre el filo estricto del cristal que rompe los huesos, comer del barro que se amasa donde mis recuerdos descansan, cantar versos del corazón que se inspiran en espinas y serpientes enroscadas en cardos. Todo es ficción y tierna melancolía. Palabras huérfanas. Prosa saturada de adjetivos, un intento de hacer literatura emergente y personal. No hay locura ni deseo de cortarme los sueños. No hay verdugos de mi destino ni locos en mi jaula interior. Sólo hay letras endulzadas en la tiniebla del tintero. Sólo hay el impulso de la mano por sacar palabras de los bolsillos del chaleco. Palabras necias y un animal agrio que se empeña en mostrarse a través de la sonrisa. ¿Que cosas de verdad has apreciado en tu perfil existencial? ¿Cuáles son los vicios que verdaderamente has madurado pero que en realidad son virtudes irredentas, rebeldes, iconoclastas? Deja todo y sal al mundo a conocer un poco del cansancio que los vagos tienen al final del día. Viaja entre calles buscando la orilla del infinito y bebe de los suspiros de la gente que no sabe la tercera vocal de su identidad. Saca a pasear a tu animal agrio sonriéndole a todos con una gracia natural y condescendiente. Luego regresa a casa y siente, entre la fatiga de la vida, el número de instantes que eres capaz de aprovechar siendo.

lunes, 27 de octubre de 2014

Lo que llevas dentro

Rotundo el amanecer después de las tinieblas. Vuelvo la vista atrás y siento tu aliento humedecer con frío mi esperanza y mi nuca. Corro y me distancio de tu manto. Me alejo más y dejo de sentirte sobre mis huellas. Cuando al parecer ya te he perdido voy al espejo y al sonreír mi victoria veo los huesos blancos de mis dientes y te veo de frente y entiendo que me has alcanzado al fin. Sin embargo todo es tu dominio y decides esperar. Te hospedas en mi interior y desde ahí no me abandonas. Prometes mantenerme en movimiento y yo acepto todos los términos, aún la letra pequeña, aún la fecha de caducidad. Qué crueldad que el hombre pueda ver la muerte en su interior en el brillo humano de su propia sonrisa.Qué ironía que lo más lustroso del rostro sea de hueso y no de alma inmortal y eterna. Aún así, el boleto vale oro espiritual y es mejor no bajarse antes de llegar al destino donde se ha de desatar la soga que liberará el viaje del barquero. Aún así es mejor llevar pasajero que ir vacío de todo brillo, luz y sentido. ¿Has mordido tu brazo derecho para saber que debajo de tu piel está la condición humana que te ata a esta vida? ¿Has roto el remo del barquero queriendo inutilizar el movimiento donde concluirá tu viaje? No te inquietes de lo evidente y sonríe más a los demás y a ti mismo como señal de que comprendes lo que llevas dentro.

domingo, 26 de octubre de 2014

Mi fiesta y mi alegría

Me gusta poseer cómics y leerlos. Me gustan los libros acomodados en  repisas y libreros, me gusta leerlos, consultarlos y entretenerme hojeándolos suponiendo futuras lecturas. Me gusta tener esculturas de madera, de piedra, de barro y observarlas. Me gusta poseer y habitar mi casa, disfruto de sus molduras de yeso y de sus recovecos y habitaciones. Corto el pasto, me subo a la azotea, camino descalzo por las noches mientras todos duermen. Disfruto teniendo lo que me gusta poseer. Sin embargo, más allá de lo que tengo está lo que siempre me pertenece. Podré quemar libros, regalar lo que tengo, desprenderme de las cosas, romper con todo y despedirme del puerto donde vivo dejando mis tesoros personales. Pero a  lo que no puedo renunciar es a la soledad y al encuentro furtivo conmigo mismo a través de lo que hago y pienso. Me descubro dibujando, escribiendo, sentando la palabra sobre el blanco desierto de la hoja para que descanse diciendo lo que debo, siento y soy. ¿Has renunciado a la luz  consciente de que el brillo lo posees en lo que eres? ¿Has dejado que zarpe la barca quedándote desnudo en el puerto mientras tus posesiones se alejan de ti irremediablemente? 

sábado, 25 de octubre de 2014

El escaparate de mis dientes

El tiempo y el espacio son materias con que formo mi risa. Mi risa como escaparate de mi dientes. Mis dientes como la sonrisa de otro. Acudí al dentista en la mañana y desde que pasó el dolor me he postrado frente al espejo y he visto que mis dientes son los mismos dientes del animal agrio que llevo dentro. El brillo de su dentadura tiene un filo de navajas de hueso y de cristal. Abrir la boca y verle tan mío me hace pensar que la materia es la madre de las formas; y los sentidos son las razones que las hacen moverse hacia sus propios derroteros. Me entra aire por los pulmones, circula mi sangre, mis músculos se mueven, los huesos soportan, y yo me sirvo de este traje biológico para transportarme en la materia de mi risa. Río como un loco por darme cuenta de que puedo reír. Luego paro y continúo escribiendo. Este traje de carne y sangre que es mi cuerpo obedece automáticamente a mi voluntad y cumple las diversas funciones para mantenerme vivo. Ríe cuando le cuento el encanto de darme cuenta de mi risa y de mis dientes. ¿Has caído al suelo al soltar la risa ante el contacto de un absurdo? ¿Te has cansado de reír al escuchar tu propia risa, que en espiral se eleva despertando tus carcajadas?

viernes, 24 de octubre de 2014

Felices los locos

El ciclo humano de las cosas tiene ritmos de elevación y caída, de imperiosas necesidades en busca de satisfacción. Los apetitos se abren cada día como labios virginales de flores que quieren empezar a vivir, y se cierran cada día resguardándose a sí mismos. El hambre y la sed obedecen los ciclos biológicos de las necesidades que han de ser satisfechas. No se puede vivir de forma continua y elevada, de igual forma no se puede estar todo el tiempo a ras de suelo. La magia de las necesidades se ilustra con ciclos que se abren y cierran periódicamente, con sistemas duales con principios y finales. Lo interesante de esta condición biológica es que el huevo se convertirá en águila y el invencible viaje del esperma humano será roto al llegar a destino para empezar a formar la vida. Todo está en proceso de cambio porque la fluidez de la materia impone su sello a los seres y a las cosas. ¿Te has sentido como un sediento necesitado en busca del manantial que mata la sed y que llena de satisfacción momentánea? Biológicamente el ser humano tiene como destino la satisfacción y no la felicidad. ¿Quién inventó eso de ser feliz, si la condición humana nos habla de satisfacción biológica? Felices los puros y transparentes, los que se desprenden de los ciclos de la materia y trascienden las fronteras de las necesidades. Felices los locos donde no operan las leyes comunes. Felices los que una vez satisfechos, empujan hacia arriba seis peldaños más.

jueves, 23 de octubre de 2014

Navaja de papel

Me corto las ideas con la navaja de papel donde suelto mis sueños y emociones. Soy el tren que descarrila sus pensamientos en tierras donde me conformo con imaginar.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Hoja blanca donde escribo

Mis días sucumben bajo la delgada piel de suspiros pasajeros, de proyectos que llegan para tener carne y hueso, de invenciones perdidas entre lecturas y sueños. Acumulo suspensiones de días que no festejo. Voy al trabajo como una vieja araña que caza a su presa con certeza. Omito nombrarme otra vez ante el espejo simplemente porque ya he gritado mil veces lo que soy. Dejo de ser lo que fui y me concentro en la sorpresa de haberlo sido. Con uñas de gato me afianzo al destino suponiendo encontrar la mejor fecha para empezar a resurgir nuevamente. La alergia que se me mete a los pulmones me engendra por dentro el cáncer de la desgana, me quita la energía y me deja quieto en el sillón sólo para pensar la serie de omisiones que cometo a diario. Busco renacer de nuevo con las lluvias que recuerdo de mi infancia. Busco que la alergia termine y que empiece la hoja en blanco donde he de escribir el nombre de las calles donde he de sembrar mis nuevos pasos. ¿Has pedido al tiempo una tregua para rescatarte de una caída inesperada? ¿Has renacido de ti mismo después de sentir los síntomas del invierno? Sal a la esquina de la noche y anda lento con la sorpresa en los ojos, escucha tu nombre al pasar por los hoteles de paso y comprueba que te nombran desde sonrisas sin dientes y piernas abiertas. Camina un poco mas y descubre el frío. Siente el peso del vacío y luego, cuando estés a punto de desfallecer en la calle y buscar descanso entre la sarna de los perros sin dueño, recuerda quien eres y regresa a casa. Tus libros y el calor del invento de tu soledad te darán la bienvenida al entrar al confort. Luego abre las cobijas, regocíjate en el calor de la mujer que desnuda te acompaña, cierra tu mente y entrégate a la muerte pasajera descansando, olvidándote, del trajín de la vida.

La razón del movimiento

Canto los símbolos del tiempo interior que vivo, salgo a la lluvia que imagino y escucho canciones que encuentro a mi paso. Soy hijo de tu olvido y de tu recuerdo, de esa lucha que dejan las horas de encuentro con uno mismo. Soy padre de los ratos infelices que agobian tus sueños. He tratado de abrir las cartas nuevamente para revisar las señales, sólo que no he sido capaz de traducir tus miedos. Me mantengo sobre la banqueta y desde ahí camino. Me dirijo hacia otras tierras donde la lluvia no cese. Veo el horizonte desde lo alto del tiempo y sé que la ruta a seguir tiene un horizonte promisorio. ¿Has comprendido que la existencia puede explicarse desde una razón de movimiento que, aunque se detenga en varios puertos, su razón fundamental es el avance que no cesa? ¿Has caído en la cuenta de que el engrane de los días se mueve sin reducciones ni descuentos? 

lunes, 20 de octubre de 2014

Un mañana sin pasado

Mi esperanza está puesta en el hoy. No hay minutos que no le correspondan a un día del calendario, no hay horas pasajeras ni meses que suiciden la espesura de su tiempo. No hay brevedad ni amplitud para lo que no acaba de existir. Sólo hay instantes inmediatos atados por el infinito. La renuncia a la eternidad no es posible jamás, la evasión del tiempo no existe, lo inmortal gravita sobre el filo secreto de la muerte. Ni el mañana ni el pasado existen como tales. Son inventos de lo inmediato en el presente tratando de camuflar su verdadero rostro. Es la ingeniería del tiempo sobreviviendo a su propia fugacidad. ¿Has firmado un manifiesto de renuncia donde ya no acates más la perennidad que olvida, que marchita a la semilla germinada, que da fin a las ganancias de una vida?

domingo, 19 de octubre de 2014

Toco el suelo

Toco tus besos y los siento revolotear en mis labios como polillas negras asustando el invierno. Toco tus manos y sé sobre el borde de la vida en que me sostengo. Toco mis recuerdos con el dorso del pensamiento nostálgico, con la savia del secreto, con el tuétano y su suspiro. Toco con la mirada la imagen transparente que dista de mi mano, también el pétalo que cae desde la rosa, también tus lágrimas después de esa lluvia en que no me olvidas. ¿Has roto la inercia de las cosas permitiendo que suceda sólo lo que no controlas? ¿Has desatado las ataduras de tus zapatos liberando el movimiento que estaba preso?

jueves, 16 de octubre de 2014

Enriquecido por el tiempo

Del pasado sólo tengo mis viejos diarios donde he escrito, postales antiguas que guardo fugitivamente y recuerdos de vidas compartidas. Me interesa el tiempo porque discurre, sentenciado a su lenta marcha, sin promesas que ofrecer y confinado a repetirse a sí mismo. Me subo a las esperanzas de continuar enriqueciéndome estando aquí. Mi interés gira, satelitalmente, teniendo en el centro del universo al tiempo. Trato de asirlo y lo asgo con eufemismos y con señas. Imagino que es un ser que repta y va y que nunca detiene su serpentear avanzada haciendo caminos que abren brechas. Lo intuyo como un manantial del que emana la posibilidad pura de la existencia. Pero lo ignoro realmente y sólo lo supongo cuando se convierte en algo donde yo me desplazo invocándome en haceres que se tornan sutilmente en cosas pasadas. Sólo lo supongo y lo vivo sin entenderlo, me lo apropio con la certeza del acto, pero lo entiendo diluido un instante después. El pasado no existe como ente ni como cosa, sólo como suposición humana o como certeza inacabada. ¿Has nadado en el flujo de la instantaneidad sintiendo como la continuidad del tiempo no mengua ni acelera? ¿Te has complacido notando  la metamorfosis de tu percepción del tiempo en el seco y llano acto de existir?

miércoles, 15 de octubre de 2014

Los que caminan ligero

Los que cargan lo que soy, los que caminan con peso. Esos que nacen en la fiebre de cada día y que cada día se despiden sin remedio de lo que fui. Los que caminan ligero y van sonriendo sobre baldosas de cristal. ¿Has observado el espejo cuando estás delante de él mientras descubres lo inútil que representa no intentar el salto siguiente? ¿Has comprendido que la ligereza del alma es necesaria para volar sobre arenas movedizas y no hundirte? Haz la prueba de cambiarte la piel de lagarto y volverte el mamífero que piensa y medita sobre la exultante existencia. Toma el riesgo y lánzate al abismo para ver si ya has aprendido a abrir las alas y a planear con viento ascendente.

martes, 14 de octubre de 2014

Tierra en mis zapatos

Hay días en que arrastro mis huesos sobre la extensión de la noche. Hay noches que empujo mis miedos hasta el principio del día. Hay tiempos desiguales en que vuelo y repto, en que gobierno y me esclavizo a los pasos de mis pensamientos, en que conozco e ignoro los designios de mis decisiones. Hay lugares por los que avanzo llevando piedras en los zapatos que sirven para opacar mis dudas. Me consuela pensar que esa tierra de mis zapatos no será la que sepulte mi existencia nula, ni la que forme el barro del que naceré de nuevo. ¿Te has percatado que la vida se almacena en un recuerdo y que luego se extiende por todo el cuerpo? ¿Has captado con tus manos un breve guiño de la vida al tocar tu tiempo?

lunes, 13 de octubre de 2014

Los locos de mi jaula

Los locos de mi jaula están en paz. Beben la pulpa madura del día y gobiernan mis diferentes pensamientos cuando duermo. Les gusta divertirse con mis recuerdos y se atreven a opinar sobre mis decisiones. A veces toman el mando de lo que creo y se entercan suponiendo verdades que no llegan. Esos locos tienen sus razones para estar atados en el interior de mi jaula. Ocupan un pequeño espacio entre barrotes y sólo huyen de ellos cuando un motivo los llama fuera. Entonces salen a tomar el sol para expresar sus saberes. Entonces pintan los muros exteriores con sus lemas favoritos, rompen escaparates de cristal sólo por ser asiduos al sonido de la muerte al caer, inventan paraderos en dónde estacionar sus dudas. Mis locos vuelven a casa después de asomarse a la calle con un grito, un suspiro o un atrevimiento. Ahí permanecen mientras yo tomo el control y hago las cosas que me gustan. Y mientras leo, escribo o juego, ellos me observan y hacen sus anotaciones en cuadernos secretos que ocultan lejos de mis ojos. ¿Has sabido entender a esos locos que representan las emociones y que todos llevamos dentro? ¿Has entendido el lenguaje de cada uno descifrando su existencia en ti?

domingo, 12 de octubre de 2014

Fan del desamor

Me gusta hablar del desamor porque es literario, tierno y posible. Tiene más trampas, artilugios y eufemismos que palabras la biblia roja del amor. Es tan transparente como sus propias lágrimas, candente como sus ardores postergados e intenso e inmortal como semilla naciente entre las piernas de una imagen femenina. Hay poemas y vino que entran por las venas en recuerdo de las tristezas bebidas. Hay suspiros prolongados, miradas suicidas asomando su existencia por el ojo de la cerradura donde el erotismo baña sus formas. Soy un seguidor de los textos que hablan de la vida desprendida. Me gusta escuchar historias que dicen "que del olvido que me has dado sólo amo las pocas ganas que tienes de olvidarme". Me gusta leer en las paredes de la viejas ciudades que visito esos graffitis que hablan de despedidas y de encuentros imposibles en el tiempo. 

sábado, 11 de octubre de 2014

Entre túneles y pasadizos

Añado cosas a mi madriguera porque me gusta verla como la he soñado. Vivo entre papeles, cosas viejas y recuerdos. Me siento como un oso que se acomoda en la redondez de su cueva y empieza a soñar con lo que fue y con lo que será. Olfateo a mi alrededor las antiguas humedades del tiempo y percibo el soplo de  recuerdos persistentes en un remolino que no frena. Mi casa es la madriguera de mis sueños, el sitio donde me reconozco recorriendo laberintos. ¿Has sentido que eres el capitán de tu morada al anidarte en la esquina donde has puesto tu mecedora, tu sillón, tu alcoba? ¿Te has sentido el verdadero dueño de esos tres micromilímetros de mundo donde abres tus poros para sentir la vida? Como la tuza en su agujero o como el águila haciendo nido en la cornisa de la montaña, así me siento habitando mi nueva madriguera entre túneles y pasadizos.

Sumergir el rostro en agua fría

Tocar fondo es caer bajo. Es sepultar los huesos en lo profundo de un pedazo de olvido. Es verter la vida en cloroformo para adormecerla rodeándola de cardos y espinas. Caer hasta lo profundo del tiempo y ser consciente de ello es desesperante. La otra noche soñé que caía por un ducto recto que bajaba hasta los más profundos sótanos. Era obscuro y resbaladizo. Finalmente tocaba fondo y me quedaba quieto. Lo único que podía hacer era ver la obscuridad girando la cabeza, sentir la carencia de aire y tener oprimido el pecho al respirar. El sueño representó un miedo y, al mismo tiempo una seducción. Me ofrecía la oportunidad de contrastar los extremos de mi existencia eligiendo cada vez la vida. Desde esa noche me gusta recordar la sensación desesperante de encontrarme preso, inmóvil y reducido. Y aunque no me agrada lo que experimento, me hace sentir bien saber que no estoy en esa condición. Es como el ejercicio de sensibilidad que me ofrece experimentar el "NO", para poder apreciar más el "SÍ". Es como cuando lleno el lavabo con agua fría y sumerjo mi rostro resistiendo la respiración al máximo al mismo tiempo que me concentro en desear tener a mi alcance la más mínima partícula de vida sólo para respirarla y seguir existiendo. ¿Has experimentado la sensación de libertad y grandeza que te va dejando una enfermedad al partir? ¿Has contado las ganancias progresivas de sentirte bien después de escuchar, de los labios de la vida, ese "Levántate y anda"?

viernes, 10 de octubre de 2014

La voz de diablo con que hablo

Algunas veces el diablo bárbaro que llevo dentro eructa y a través de mi tracto digestivo brota el maldito diablo que soy. Sale de mí con tridente en mano y arremete contra quien lo despertó de su calma. El salvaje diablo violenta con palabras y con gritos. Su carne roja comulga con espadas y con cactus. Emana ponzoña literaria de sus manoteos en el aire y de sus explicaciones vacías. Se torna violento como una hormiga negra cuando desmoronan su hormiguero. Repta en el pavimento como una letra ese que ha sido decapitada. Luego del vómito y de la saliva escupidos por su lengua de ladrillo empieza a sudar mares de arrepentimientos y baja la cabeza. Se pone a pensar en lo que dijo la voz de diablo que dijo lo que dijo y que maldijo todo. Se sienta en la banqueta y comienza a pensar estando solo. Entonces la paz del arrepentimiento lo ilumina frugalmente. Se da cuenta de la caída y de los raspones que sacó por ser un violento boca floja, por insultar al mundo y por patear su propio rabo. Se limpia la frente y el sudor de diablo. Cepilla sus cuernos, lame sus garras, estira como gato, hasta el último hueso de su esqueleto. Y mirando hacia atrás a cada rato, emprende su marcha con su andar descalzo, con su arrastrar de rabo, con sus dolidos ojos sintiendo, en la piel del corazón, su tridente ardiente. Ya pasarán los días en que siga herido. Ya avanzará el tiempo y empezará a remar contracorriente. Entonces me dice que regresa a casa, a mi tracto digestivo a dormir tranquilo. Y yo de la calle me voy a otro lado, pero siento, mientras camino, ese llanto de diablo que es rancio vino.

jueves, 9 de octubre de 2014

De cantera y tiempo.

Me gustan las molduras de piedra de los templos católicos. Disfruto de las tallas de madera de los confesionarios y púlpitos. Me abstraigo en las formas que los rostros de los santos conservan en el tiempo. No soy devoto de la fe cristiana pero me distraigo en la sustancia material que le da forma. Aprecio los nichos donde la virgen de las mil advocaciones tiene una imagen nueva cada día. Me gustan los cristos hechos por manos artesanas, más aquellos que contienen en su piel de madera huesos verdaderos. No creo en Dios pero creo en la belleza de su forma, en el mito literario y en las creaciones cósmicas que lo rodean. Me pierdo en la contemplación de los templos porque poseen medidas divinas, porque lo humano resulta diminuto y porque el mundo es de materia únicamente. La piel de las catedrales alberga vitrales emplomados y gárgolas de cantera t tiempo.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Los muros interiores

Los recovecos del espíritu son deliberadamente extraviantes. Cuando ingresas en ellos es seguro que sólo dejando las boronas de tus recuerdos podrás volver por el camino original. ¿Cuántas veces, sin ir lejos adentrándote en ti, te has perdido en olvidos y omisiones? Los ojos del destino no pueden volver la vista hacia atrás. Aún así, lo importante es ver el camino andándolo. Haz proyectos elaborados para buscar llegar lejos, y sobre la marcha inventa tus propias postales antiguas que colgarás en los muros interiores.

martes, 7 de octubre de 2014

Infinitos invisibles

Se pregunta el obscuro Baudelaire sobre la fluidez de la existencia "¿Dónde están los perfumes embriagadores de las flores desaparecidas? ¿Dónde están los mágicos colores de los antiguos atardeceres?". Todo se va, todo desaparece. Testigos de esto son todos los que sobreviven a sus muertos, los que se enteran de que la condición humana, además de pasajera, también es trágica. Todo se diluye. Lo único que queda es el flujo de la materia formando nuevas formas en diferentes estaciones. Lo único que permanece es la ausencia de las cosas porque hasta el olvido se queda sin recuerdos, sin postales, sin cartas escritas a mano. El ala del ave que voló infinitos comparte el mismo carbono de la escama del pez que sucumbió ante el hambre del mamífero. La condición voraz de la bestia se nutre del mismo carbono del que surge la intelectualidad del hombre evolucionado. No dejamos de ser el mismo barro de donde brota la materia. Todos somos del sabor de la tierra. Apestamos y sabemos a biomasa reciclada. Lo que nos distingue de la garra del reptil es el sentido que la mano humana da a las piedras que toca. ¿Te has preguntado por qué lo que se ve es más pequeño que los infinitos invisibles que están más allá del horizonte? ¿Has medido con verdadera certeza la amplitud en crecimiento de tu ignorancia? Y no me refiero al nivel de ilustración personal, sino a la incertidumbre que hay en relación al sentido existencial de la especie humana. Mientras más se sabe menos inquietud queda ante la incertidumbre de saber lo que el hombre sólo ha alcanzado a suponer.

lunes, 6 de octubre de 2014

Nada más océanos personales.

Las alegrías se estacionan dentro del alma sin que les preocupe el costo del parquímetro. El sol se mete en mis bolsillos y atesoro los recuerdos del día. Soñé que llovía tanto que me volvía un náufrago en  mis propios mares. Luego no desperté después del sueño y seguí soñando con más lluvia y con otros océanos personales. ¿Te has visto flotando en el interior de la lluvia? ¿Has despertado en la madrugada sólo para sentir que tu cuello se humedece con sudores de lluvia?  Lo bendito del sueño es que vives descubriéndote en otra densidad. La sorpresa que deviene de él es que uno se inventa entre ficciones y esperanzas que no existen.

domingo, 5 de octubre de 2014

Los logros de la memoria.

Soñé que era yo viajando al pasado y que también era otro yo viajando al futuro. Ambos viajes coincidían con un encuentro en el presente. El ignorante y el sabio, el ilustrado y el analfabeta, el de los recuerdos del porvenir y el de los recuerdos del pasado. Ambos como compuestos químicos y emocionales en una suma que nulifica todo tipo de reacciones. La balanza se sujeta a las medidas del día y se inclina siempre, inequivocamente a un equilibrio existencial. Lo que fui y lo que seré convergen en el presente y no se causan estragos al convivir. El tonto que hay en mí se deja convencer por el listo que me habita. Todo camina de una forma perfecta y voy como si desconociera mis dos orígenes: pasado y futuro. Sólo me identifico con mi destino material, el incesante estar depositado en el presente, en ese momento que resulta sencillo y lleno de inocencia, que sabe, pero que ignora al mismo tiempo las cosas que fueron y que vendrán. El eterno instante es el viaje de dos tiempos que se juntan provocando una conciencia precisa de las cosas. ¿Has querido refugiarte en los logros de la memoria porque supones fueron mejores tierras habitables? ¿Has supuesto que abordar la barca hacia el porvenir despidiéndote de toda isla segura alimentará de promesas tu alma? Ni me aferro ni renuncio, simplemente de dejo fluir en el momento.

sábado, 4 de octubre de 2014

Sobre la piel que cargo

Me balanceo entre emociones dispersas porque esta lluvia que neciamente llega no es la del mayo que se fue, sólo es la que llega tocando nostalgias y haciendo perdurables los tímpanos del pasado. Me gusta escuchar los ruidos del ayer, las ventanas al abrirse una esperanza, los ojos negros de los gatos al chasquear la noche. La lluvia fuera de tiempo hace un tiempo nuevo. Lo transforma en un jardín donde se inventan los recuerdos. ¿Has tenido el pensamiento atado a un motivo durante todo el día? ¿Te ha acomodado el gotear constante de la lluvia sobre la piel áspera de un estado de animo anclado en una sed de eternidad? Al resurgir la mañana, apenas acompañando las salientes  brisas del sol, me levanto de la cama en busca de hacer alguna anotación de lo que la noche lluviosa dejó. Entonces escribo en la computadora o en mi libreta de apuntes o sobre la piel que cargo llena de sentires y me doy cuenta que el descanso soñando-escuchando la lluvia es terapéutico y existencial y noble. Me quedo solo entre los muebles de la casa mirando la lentitud que tienen las paredes y que también tienen mis libros y pipas de madera y hueso acomodados en las repisas. Entonces, en plena soledad extraño algunos sentires de los antifaces que he utilizado en el tiempo y sobre el alma. Pienso en las calles del puerto de Tampico inundado de rapiña, soledad y de hoteles con mujeres hermosamente feas que abren sus piernas al aire caliente que arrastro al pasar frente a ellas. Pienso en las noches de Ciudad Madero golpeando mi rostro con un frescor inaudito de suspiros callejeros. La lluvia me hace sentir tan descubierto que me siento lleno de lo mejor de la realidad. Asir como yo asgo un minúsculo gramo de tiempo me hace saber que la lluvia trae, al derramarse en la noche, lo que los alquimistas de la edad de la desolación buscaron hasta encontrarlo: un par de verdades absolutas que son imposibles de mantener en el recuerdo.

jueves, 2 de octubre de 2014

No estoy seguro, pero lo supongo.

No importan los días en que la tristeza canta con alegorías y ansiedades. No importa el tiempo diluido, ni el olvido ni la derrota. Cuando todo se disuelva estará validado que ya no hay importancia en las cosas ni en las personas. Ya muerto el cuerpo, los 21 gramos de alma  pondrán a prueba su presencia y se adjudicarán otra derrota existencial. Ya terminados los latidos, aniquiladas las funciones vitales, segado el flujo sanguíneo, habrá de llegar el inicio de la conservación de la materia. Cuando la muerte llega, los mundos mentales de una persona se apagan y se pierden en el tiempo definitivamente. La muerte es un estado de indefensión y de olvido. Todos son vulnerables y nadie puede defenderse ante esto porque los frascos donde se guardan los antídotos están rotos y ya se han evaporado las sustancias. El alma no se irá a ningún lado si no tiene la capacidad de moverse o de emigrar a otra dimensión. La materia muerta fluirá buscando nuevos enlaces en el ciclo interminable de las cosas y de los seres que se renuevan con el carbono. De todo lo anterior no estoy seguro, pero lo supongo. Y vivo suponiendo que el fin es incoloro como el vapor del último suspiro. De lo que si estoy seguro es que el presente es un campo extensible para elaborar el presente con visión arquitectónica. Algo que sé de cierto es que la comprensión consciente del instante es lo que da trascendencia inmediata a la vida y la dispone a ser valiosa por tener dirección y sentido. ¿Has encontrado en tus propios límites la razón para existir convencido de que cuando no se tiene una certeza lo importante es navegar con supuestos al mando del timón? 

miércoles, 1 de octubre de 2014

Lo efímero es lo que perdura.

El tiempo es la tumba de las esperanzas. Las reduce a ser arenisca que se diluye al viento o ceniza que se esparce en el océano. Y al mismo tiempo, el tiempo es el tiempo. ¿Has sentido que naufragas en las bajas horas de la madrugada, que tus ilusiones caen rotas desde cornisa del presente? ¿Has comprobado que la noche es ingobernable después de la lluvia? La escritura es salvadora en esos momentos en que el mar es de tiempo y eleva sus olas con interminables minutos de insomnio. ¿Has enterado a tus sentidos de la verdadera sonrisa de las cosas? Me refiero a que si has visto con el tacto de tu oído lo esencial del tiempo cuando la soledad se ha instalado en tu piel y se desplaza viscosamente sobre ella haciéndose densa y pesada. Escuchar las cosas cuando fluyen a tu alrededor llenas de recuerdos y significados no es como escuchar las noticias en la radio y quedar actualizado de crimenes y matanzas. Escuchar con atención lo que se desplaza en la espesura que habitas tiene consecuencias existenciales. En esos momentos rueda tu cuerpo sobre la cama y ponte de espaldas, abre tus ojos en la obscuridad y busca en tus recuerdos un asidero grato. Concéntrate en él y persíguelo hasta acorralarlo. Luego, sin tocarlo suciamente, déjalo ir observando sus pasos. Te darás cuenta de que, por unos segundos, sólo por un breve instante, ha sido tuyo lo efímero y pasajero. Habrás entendido, inexorablemente, que la sepultura de las esperanzas es el tiempo diluido en el centro del tiempo, y que lo efímero y fugaz es lo único que perdura realmente.

martes, 30 de septiembre de 2014

Los ojos necios de las azucenas

Los ojos necios con que miré el resultado de una venganza. La inquieta paz que me dejó la renuncia de no olvidar ni el olvido.  Me desquité  del desquite de tu mirada. Me desquité del tiempo y de esos ojos necios con que me miraste por diez segundos. Ahora no me siento más que vencedor del pasado. ¿Has cargado por años un sarcófago antiguo donde no moriste? ¿Has podido avanzar con el tiempo al lado de las azucenas y cortarlas al estar maduras?

lunes, 29 de septiembre de 2014

Soy sólo un tipo satisfecho

La vida en la mañana es un ramo de promesas. ¿Has logrado arrancarle una certeza a las cosas, orillar las verdades a que respondan "Sí", sujetar lo necio para no ser tan vulnerable? Prefiero la visión incierta del abismo que el piso plano donde camino con certezas. Prefiero golpear la piedra con mis manos que ponerme guantes para tener un ramo de cardos en mi florero. Prefiero la dulzura de los días de nostalgia, la lluvia mojándome los pasos, los olores de tierra y de recuerdos, que la amarga sal que deja la felicidad que se inventa con vacío. No soy feliz a cada rato, ni por tiempo ilimitado ni para siempre. Tampoco soy feliz por seis segundos cada dos días. Para la felicidad no hay dosis ni receta, ni calendario preciso que la espere. Ni la persigo por por vicio o devoción, sólo veo que pasa moviendo sus piernas largas y caderas. Más bien la espero como se espera a una mujer que se ama ineludiblemente. La espero y ella llega y yo estoy. Luego es cuestión de apropiármela a mi manera, de ofrecerle mis brazos, mis besos y mi despedida. ¿Has sabido para qué se quiere retener lo que en esencia se diluye? ¿Has acatado la voz de lo perdido? No ser feliz me ha convertido sólo en un tipo satisfecho en busca de la perenne satisfacción.

domingo, 29 de junio de 2014

Columpiado en el tiempo

Hay juramentos que se rompen y devocionarios que se olvidan. Hay noches saladas, rompimientos con el pasado y una serie de besos que no se dan. Suceden tragedias en medio de alegrías, desencantos a plena luz del sol, un resbalón cuando se ha dado un paso. Hay lluvia en las calles y en los bolsillos no caben sonrisas. La vida tiene un esqueleto con costillas rotas. La muerte es el don del olvido. Nada naufraga sin el atrevimiento. Nada se mueve sin un inicio. Aún la resurrección se da en situaciones de voluntad. Aún la esperanza es capaz de naufragar en medio del desierto. La noche es triste y avanza a rastras, como si fuera un paquidermo soñando. Mañana habrá verano seguramente, mañana será de día y veré mejor. Hoy estoy triste como si me hubiera olvidado de estar sonriente. Hoy sólo soy un barquero que no sabe remar.

De lo que nace

La lluvia implacable protegiendo la vida, el recuerdo germinado en un puñado de barro que arranco de un charco en la calle. Los días contados en mi historial y contados con mayor precisión en mi porvenir. ¿Has resuelto la incógnita de cuántas horas te esperan por delante antes de que dejes de habitar el organismo donde vives? ¿Has calculado los granos de arena que caerán antes de tu caída final? ¿Has prometido lo que comprarás con la moneda de cambio que es el tiempo? Seguiré encadenando mi libreta a mi voluntad y capricho y dibujaré y escribiré por simple ocio terapeútico, por simple fuga existencial. Daré cuerda a mi curiosidad visitando los lugares de la calle que frecuento con avidez prolongada.  Meteré las manos entre la chatarra buscando el pedazo de engrane viejo para inventar la escultura que me explique la fugacidad de la vida en contraste con la permanencia de las cosas, la colocaré en lo alto de mi casa, al lado de los árboles que he sembrado, como juguete de los gatos que alimento, entre las posesiones que heredaré al tiempo. Caminaré más por calles viejas. Veré con respeto la cara necia del destino  y saludaré los huesos rotos bajo el pellejo de la alegría. Me comeré helado de piñón cuando el asma se descuide en mis pulmones. Amaré la intensidad del amor. Dormiré menos para soñar más. Beberé en exceso, hasta embriagarme a diario, de las vivencias pasadas que me dan identidad. Alteraré mis vicios personales para adictarme más a ellos. Continuaré con mis necedades afirmando y negando las dos caras del destino. ¿Has procurado ser otro cuando un escalón roto en el camino ha iluminado en ti la idea de la fugacidad o de la fragilidad existencial?

martes, 24 de junio de 2014

Iluminados los que van entre sombras

La vida esta llena de bebederos y hay que saciar la sed en ellos. Hay que buscarlos con ansiedad porque somos eternos sedientos y eternos gambusinos de esperanzas. Enriquecidos los que pasan sed porque en el deseo de saciarla aún saben que están vivos y buscan con pasión. Afortunados los que desean desde la piel porque es señal de que dentro de los huesos aún laten ilusiones. Esplendorosos los que ríen cuando el viento pega con mala cara porque saben que izando una vela llegarán al puerto anhelado. Iluminados los que van entre sombras porque desde ahí la luz de la cerilla es más intensa que la luz del sol.

viernes, 30 de mayo de 2014

El desesperado mayo

Tirando hojas y con lluvia de huracanes llegaste un día muy esperado. Me trajiste sonrisas que quedaron como carcajadas olvidadas. Me dijiste lo que había pasado y concluiste que éramos amigos. Mañana es el último suspiro en este año y te vas dejándome  recuerdos, cosas que se me quedan y olvidos superados. Y te espero aquí a ver si me encuentras el próximo cumpleaños.

jueves, 29 de mayo de 2014

El eco del reflejo

Me gustan las mujeres, la literatura y la vida, ¿ya lo dije? Ando descalzo sobre el barro que viene después de la lluvia, soy como el helecho silvestre que aprovecha el sol que entra por el follaje espeso para sonreír un poco. Me llamo a mí mismo de varias formas porque conozco los disfraces que uso para inventar sonrisas. Elevo plegarias al infinito con las homilías de mis rezos personales. Disfruto los inventos de mayo y las lluvias nacidas cuando el mundo está triste. Misteriosamente me siento alegre mientras llueve. Aunque me canso de hacer lo mismo siempre lo disfruto  mientras no me canso. Y cuando me canso me pongo a hacer lo que ya extrañaba hasta cansarme nuevamente. ¿Te has preguntado si ya te preguntaste algo que te parecía importante, algo que su solución no está a tu alcance? ¿Has visto de frente asomarse, coqueto y lánguido, el liguero de una duda que hace densa tu cabeza? Ya lo dije muchas veces y lo sé, aún así, lo sigo preguntando. Lo que pasa es que busco un eco, un reflejo de luz donde vea mi rostro de otra manera. Lo que pasa es que el mundo es sordo cuando no hablas su lenguaje. 

Cielos sobre mares

Recordar los sueños es llevar una doble vida. Soñar es un acto de libertad que está lleno de atrevimiento y poder. ¿Has creído cierto lo que la piel siente cuando sueña? ¿Has encontrado tus fundamentos existenciales en la materia onírica? De día es necesario abrir la ventana para que se meta el mundo en uno, explotar los músculos corriendo hasta que el esfuerzo queme, cerrar los ojos, bajar la respiración y ponerse a recordar lo que se ha vivido y lo que se ha soñado. De día hay que recordar si fueron sirenas, hadas o mujeres aladas de redondos y duros senos desnudos las que susurraron en tu oído el secreto de un orgasmo. En un momento del día hay que buscar un refugio seguro para revivir recuerdos y rastrear pistas que lleven a entender lo vivido en sueños. ¿Has soñado con fantasmas o con gente que ya se ha ido? ¿Los has visto como si estuvieran vivos, con piel lozana como cuando sonreían felices? ¿O los has oído alegres como cuando te contaban sus sueños? ¿Has soñado que tienes alas y que vuelas lejos visitando cielos sobre mares, volcanes en islas y lugares que no existen? No sé que pasa en mí, pero cuando el olor de la tierra mojada por la lluvia se mete a mis recuerdos y duermo, sueño. Y sueño y despierto todavía de noche o ya de madrugada, y recuerdo. Y al recordar duplico, de forma distinta, la vida.

martes, 27 de mayo de 2014

Cuando lo ordinario es milagroso

Mayo se va trayendo lluvias y días grises. Se va después de haber germinado nostalgias en los maceteros del corazón. No me canso de escribir que me gusta la noche, el llanto de las nubes y los charcos en las calles donde fueron felices mis infancias perdidas. Me gusta el abandono que queda en las aceras después de la lluvia. Es como si la soledad y la luz de los faroles iniciaran una charla que habla sobre viejas costumbres casi olvidadas. Es como si el viento transparente y húmedo que persigue devorar la aridez de los días no se detuviera a descansar ni un momento No hay nada que me guste más que estar sólo frente a un ventanal mirando y mirando las calles de la ciudad mientras llueve sin contemplaciones y como un acto verdadero y milagroso. Estar así me recuerda lo infinito que es tener anidado en el corazón una nostalgia hambrienta por la eternidad. ¿Te has quedado quieto, con el cuerpo aletargado mientras entiendes el insospechado valor de una mísera molécula de agua y sus efectos radicales en el alma? ¿Te has quedado inmóvil, mientras la quietud te llena de energía derramada por la conciencia de entender la nada? Sal y mira por la ventana. Verás gente y casas y lluvia. Pero más allá, y gracias a la humedad de un estado nostálgico, comprenderás que lo efímero y lánguido de las cosas se torna sobresaliente y milagroso.

domingo, 25 de mayo de 2014

Las cosas que llegan

Las cosas que llegan siempre son nuevas. Van apareciendo súbitamente en las esquinas de la realidad y se van instalando profundamente en el inconsciente. Se tornan en recuerdos inmediatos que comienzan a fluir desde dentro. Es un proceso tan sencillo que parece insignificante. Lo que se ve, lo que se toca, lo que se huele son percepciones inminentes robadas a la materia para hacerlas postales antiguas que se guardan en los archivos de la mente. Primero se vive, luego se transforma la vivencia en recuerdo y finalmente se inunda la realidad con el flujo constante de imágenes del pasado. Todo esto mientras se sigue viviendo. Los recuerdos se almacenan unos sobre otros de forma jerárquica y de acuerdo a la fuerza con que se metieron al interior. De todo lo que llega se guarda un registro, prevaleciendo a la mano lo más significativo, lo que resultó más impactante o lo que apareció deleblemente ante uno, pero que no se fue. ¿Has pensado lo que harías si tuvieras una vida para impresionarte con la realidad, una para recordar las impresiones vividas y una más para recrearte inventivamente a partir de lo recordado? ¿Has pensado quién serías si no recordaras, si tu vida fuera de paso y pasara de largo por no tener memoria? La vida es como salir al campo a cortar olorosas flores  silvestres que llevarás a casa. Sin duda que el olor de las flores se marchitará para siempre como un estímulo externo, pero el recuerdo del olor será tu compañía fluyendo en ti perpetuamente. Salgamos, pues, a la realidad llevando en la actitud el oficio de cazador de recuerdos.

viernes, 23 de mayo de 2014

Lo que se deja

Ser conciente de lo que se tiene cuesta trabajo. Pero cuando se logra empieza a emerger un estado de gratitud y de derrame de energías. El aura se vuelve transparente y hasta la voz agria del animal que se lleva dentro se torna melódica y musical. Los cambios que se logran con un solo pensamiento son muchos. La vida emerge nuevamente desnuda y bella, y de esta manera también es posible amarla con certezas. Aún así, los temas de mi interés siguen siendo grises. Me siguen cautivando las tardes plomizas, ventosas y llenas de amenaza de lluvia. Sigo pensando en la muerte como en el final del recorrido, y en la vida como en un juego que se apuesta lo que se tiene respetando lo que se cree. La vida no es un caos. Tiene su sentido y sus ritmos. Tiene orden y está compuesta por leyes universales y por paradigmas individuales. El punto está en descubrirla poco a poco hasta poder observar su desnudez embelesándose en ella. Lo que vale es descubrirla a tiempo para hacerla de uno. Amarla y encariñarse con ella es vital. Pero también se requiere entenderla. Saberla pasajera y fugaz. Así podrá uno saber despedirla en su momento. ¿Has experimentado el apego material a cosas u objetos que realmente te aficionan y luego has podido desprenderte de ellos tirándolos al olvido? ¿Has roto amores importantes, amistades duraderas, relaciones que te han llenado el corazón y el alma? Y después de hacerlo, ¿has continuado tu camino con la vista hacia el frente en busca de nuevos horizontes? La vida tiene sus laberintos y recovecos, y  vivirla es mejor empleando trucos, mañas, técnicas y estrategias. ¿Has pensado de qué cargarás tus maletas cuando mueras? El viaje que se emprende al morir no es para llevar, simplemente es para dejar. ¿Has aprendido a desprenderte de lo que ahora tienes?

miércoles, 21 de mayo de 2014

Bocado de alegría

Comer de la alegría del día lleva lejos. Lo vuelve a uno un hombre calmo, distante del bullicio, concentrado en mirar dentro. Me gusta estar metido en la tarde sintiendo el aire que promete la cercanía de la lluvia. Me gusta el plomizo manto del cielo cayendo al meterse el sol. Ante esto no digo nada. Únicamente me reconforto y alzo la mirada distrayéndome del mundo. Hay momentos en que comer de la alegría del día lo vuelve a uno un ser satisfecho y sonriente. Me doy cuenta que los años que se acumulan en el calendario de la vida tienen un efecto sedante en los melancólicos y nostálgicos. Me percato de mi apetito por destinos que imagino sin moverme un metro de donde estoy. ¿Has visto lejos desde el rincón desde el que escribes? ¿Has observado hacia dentro experimentando el flujo lento de tu sangre irrigando las arterias y venas del aquí y del ahora? 

martes, 20 de mayo de 2014

Los árboles que entierro

Cargo a cuestas mis sonrisas y mis prosas. Y con ellas me río solo y me mantengo en estado de gracia espiritual suponiendo nuevamente lo que ya sé de cierto. Ando todo el día preguntándome cosas e inventándome respuestas posibles. Camino por senderos ya andados descubriendo detalles en el paisaje. Me caigo de alegría por los 14 árboles que he plantado en los últimos 5 meses en honor a mis años vividos. Me gusta festejarlos poniendo árboles en tierra. ¿Has pensado que una rama de patol que no se entierra muere? El árbol del colorín que como esqueje va a tierra renacerá en ella y crecerá echando raíces. La tierra recibe a los cuerpos muertos para olvidarlos, para descarnarlos y convertirlos en huesos. Bendita sea la tierra que da vida a las ramas amputadas de los árboles. Bendita la naturaleza que tiende a recuperarse de la devastación humana.

sábado, 17 de mayo de 2014

Los hubiera posibles

Son aventuras las andanzas desde el borde de mi cama, alimentados con el flujo de mis recuerdos, con la suficiente inercia del pensamiento. Me desplazo inventando proyectos, suponiendo lo que vendrá y reafirmando lo que ya se ha ido; me desplazo sin moverme articulando pasos que abarcan caminos nuevos. Bienaventurados los viajeros del pensamiento porque de ellos es el reino de las invenciones, de los artilugios inmateriales y de las hechicerías de la mente. Bienaventurados los que no viajan con el pensamiento porque de ellos es el reino material y sus leyes físicas. ¿Te has quedado inmóvil viajando lejos? ¿Has logrado salirte del movimiento de tu cuerpo explorando el caudal de los hubiera posibles? 

martes, 13 de mayo de 2014

Pócima de eternidad

Cabalgan las nubes de agua sin cansancio. No caen a tierra porque gobiernan los cielos nostálgicamente. Mientras tanto, la vida continúa haciendo de las suyas. Acumulo días en la cuenta del calendario. Un viejo ciclo se cierra, pero uno más empieza a germinar. Crecen los meses en el reloj de arena. Sé que todavía cuento con promesas venideras, sé que aún veo amplio el camino, y sé que mis ganas de andarlo crecen más con los años. Me siento como un ángel que recién descubre su capacidad de andar después de haber volado toda su vida. Me sé como el buscador de paraísos, como el gambusino que anda tras la veta de oro, como el alquimista que prepara pócimas de eternidad. ¿Has caído en la cuenta del tiempo que se fue? ¿Te has dado cuenta que la grieta por donde se escurre la vida aún no es tan grande como creías?

domingo, 11 de mayo de 2014

Rescatado por las alas

No importan las baldosas rotas en la escalinata que va hacia arriba, ni importan las cornisas flojas desde donde se ve el universo. Lo importante es subir y ver las flores desde la orilla del precipicio. El tropezón es el riesgo de todos los días. Llevar paracaídas no socorre del todo pero da seguridad. Andar a tientas en la noche te lleva a recorrer los laberintos como un ciego. Caminar sin dirección no es penosos cuando al lugar que llegas es un sitio de buenas vistas. Lo vuelvo a decir, no importa el tropezón si se vuela con certeza. No importa la caída desde lo alto o desde lo bajo, lo importante es retar al vuelo y abrir las alas. Atreverse a dar un paso es iniciar el día con la esperanza como bandera en alto. No importa que los días marchiten al calendario año tras año. Lo que vale es la cosecha instantánea y trascendente del tiempo. Y lo que trasciende es lo instantáneo rescatado por la conciencia. ¿Has lubricado tus alas abriéndolas al destino para iniciar vuelos donde el universo se hace grande? ¿Te has atrevido a aletear un poco desde el precipicio hasta tocar cornisa nuevamente? La historia es la misma para todos. Atreverse a volar lejos es condición humana. Los destinos son los que cambian y se multiplican en boletos de viajes circulares, inconclusos o sin regreso. ¿Has volado de noche y con cansancio, convencido de que recibirás el nuevo día desde una colina que representa un nuevo inicio? 

sábado, 10 de mayo de 2014

Pintar pasos

Saldré al mundo a pintar pasos, a recorrer las calles, a tatuar caminos. Siempre, desde que recuerdo, me ha gustado salirme del destino y andar con calma. Me gusta ser un vago que va despacio, que se entretiene con lo que está dado, que puede apreciar lo que nadie quiere. Me gusta conducir mis piernas, mis ojos y mis inquietudes entre calles y recuerdos. Me gusta el descubrimiento porque me recuerda lo viejo. El pasado me acompaña y me trae recuerdos de cuando he estado solo. La soledad es la mejor compañía desde dentro. Es silenciosa, se deja besar receptiva y abre recuerdos de postales viejas. A mí me gusta como compañera de viaje. Ya en bicicleta o a pie. Ya en micro o con alas. ¿Te has ido a dar la vuelta contigo mismo, sin molestarte porque la gente te acompaña? Saldré a la calle como un extranjero que sólo tiene el barrio para hacer turismo. 

Bajo el signo de saberse extraño

Mayo tiene sus sombras blancas, ojos castaños, manchas en la piel y figura de madre lactante. Me alimento de mayo como un hambriento de sucesos y de inventorios. Me muevo sabiendo que me quedaré quieto. Llego lejos aún sin levantarme de la cama. Mayo es el autobús donde subo mis pies para transportarme. Me gusta el silencio que no se rompe, la madrugada que extiende su inmortalidad, la lluvia que se hace oler desde las nubes. Me siento cauto con lo que tengo a la mano, y si aspiro a más es porque la voz de mayo me susurra bonanzas. Me dice que puedo tener más hambre de todo porque el desayuno se servirá temprano y las cenas llegarán sin detenciones. Me explica que los regalos están envueltos y que puedo abrirlos antes de tiempo. Me dice que me sirva solo de la mesa que rebosa generosa. ¿Has llegado al mundo en mayo, cuando los pechos maternos del destino contienen la leche que beberás sediento? ¿Has nacido en mayo, bajo el signo de saberte extraño, complejo, apenas un poco distante de la existencia de las drosófilas?

viernes, 9 de mayo de 2014

Sobre los gatos que alimento

Me entretengo en labrar mis cosas, tejer el tiempo, tallar los días, dibujar mis sueños. Ocupo las horas entre pensamientos que son dudas y certezas. Deambulo por las noches viendo por la ventana si lloverá de madrugada. Me he vuelto como los gatos que alimento, todo un lector de los movimientos en mi interior. Callo y me hablo en silencio a través de una charla mental con temas viejos. Me cuento a mí mismo sobre el tiempo mar adentro y disfruto que ahí siempre llueve y es frío y melancólico. Ayuno de toda noticia que salga de la boca de los televisores, comulgo con lo que entiendo al ver el mundo y apoyo ciegamente las nociones que tengo de la existencia. ¿Has entendido que así como hay verdades que te llevarán lejos también hay otras que te harán tropezar en el camino? ¿Has visto, cuando la tela que cubre el verdadero rostro de las cosas cae, las sonrisas que van sin dientes o las alegrías que no prosperan? ¿Has encontrado que lo más sencillo es aquello que está oculto a los ojos de todos?

jueves, 8 de mayo de 2014

Como el llanto de la lluvia

La caída del llanto de la lluvia, el frío constante en las madrugadas, los rompimientos con la distancia, el vaso lleno de agua sobre la mesa y yo sin beberlo. El tiempo desplegándose sobre el día como un animal que se arrastra devorándolo todo con paciente gula. Las cosas dispuestas en su quietud sin esperanzas y sin proyectos. Comprender lo que es la vida tiene su acierto valioso, sin embargo, también tiene un rostro de decepción y de abandono. Creer tan cruda a la realidad le quita un poco de dulzura. Pero sólo un poco. Y la mayoría de las veces, le agrega sabor a las vivencias. ¿Has sabido responder con certeza  sobre las cosas que te llevarás al sitio de tu muerte? La vida, si pudiera elegirla, diseñarla en su estructura, la elegiría perpetua, eterna, inmortal. La diseñaría como un sistema en continuo crecimiento, que tuviera ganancias permanentes, posesiones para siempre, adelantos sin retroceso. ¿Por qué perder lo que se ha ganado? ¿Por qué dejarlo abandonado al borde del camino? Siempre que veo a alguien muerto me impresiona el vacío que contiene su cuerpo, la ausencia de movimiento y el escurrimiento de todas sus funciones vitales. ¿Te has preguntado a dónde se van los recuerdos, las escarificaciones emocionales del alma, las risas, la ternura, las historias hedonistas y el amor? No sea que simplemente la vida sea como la caída del llanto de la lluvia, nula para quien la vive y destinada al más frágil  de los olvidos.

miércoles, 7 de mayo de 2014

El pequeño empeño

Ampliar lo que ya es ancho. Enaltecer lo que aún crece. Engordar los sueños poniéndoles frescas esperanzas y apetitosos deseos. Todo es cuestión de agregar un poco más a lo que ya está dado. ¿Has puesto renovados bríos a la carrera que te lleva lejos? ¿Has agregado unas gotas nuevas de viejo veneno a la pócima que te da vida? La existencia es un juego de palabras y vivencias, un cuento escrito con las letras sobrantes del diccionario, un pequeño empeño de pasar el tiempo. No queda más que esperar la lluvia, de sentir que por la ventana huele a tierra mojada, de descalzarse un poco para pisar los charcos y el lodo y los recuerdos de barro y azulejos. No queda más que anidar en las nubes para mojar el mundo con la gracia de estar vivo. Y simplemente no caigo en la desgana porque las ganas de ganar me sobran. Y me sobran los sentidos, los poemas que no escribo, los ratos de extrañeza con que me veo a mí mismo. Me sobran las palabras que vivo y tiro. ¿Has sabido desprenderte de lo que no eres, del pícor en la piel que te deja el mosco después de beber de tu sangre, de los recuerdos que inventaste cuando suponías otros tiempos? ¿Has podido dejar a un lado la nota sucia que estropea un verso, los raspones de tanta caída entre abrojos, cardos y huizaches?

domingo, 4 de mayo de 2014

El cuadro en la pared

Anoto cada día garabatos en el aire, lleno de invenciones de humo mi pensamiento ocioso, escribo en las libretas que colecciono. Voy y vengo. Inicio y termino con mis búsquedas interiores. No ceso de suponer lo que sería de mí si fuera eterno, si viviera para siempre, si bebiera de la inmortalidad. Ando con pasos descalzos dejando huellas en mi destino, que luego rastreo para recordar un poco lo que he sido. Miro hacia adelante, hacia el horizonte que nunca alcanzaré y me empeño en avanzar aspirando a nuevas esperanzas. Me entretengo con las letras que escribo sin saber lo que escribo, luego las leo como si no fueran mías y entiendo cosas que se salieron por la comisura de mi alma o que se escaparon de los sótanos donde guardo un historial de caos. Y entiendo entonces lo que quiero decir desde dentro. Me doy cuenta que pueden romper sus grilletes las voces que escriben canciones y cantan literaturizando sentimientos y saberes. ¿Has oído atentamente lo que emana de ti, apagando un poco los estímulos del exterior? ¿Has escuchado esa ronca, aguda o tierna voz que dice con palabras espontáneas lo que dices cuando escribes cualquier cosa? Dentro de uno hay una emisora de noticias personales, un cuadro en la pared donde uno mismo refleja lo que es, un diario de escritura lleno de garabatos e invenciones. 

sábado, 3 de mayo de 2014

Mar de arenas movedizas

Ando entre días con el germen de la certeza. Me entretengo estando solo jugando con el pensamiento. Me alejo de la gente y encuentro mi propia marea de soledades donde nado conmigo mismo. Registro los nuevos avances de las lecturas que hago del pasado y concluyo que son granos de arena de una playa que está en formación. Contabilizo mis posesiones y trato de catalogar las más valiosas de ellas. Me doy cuenta que de los objetos que tengo es fácil desprenderme sin sentir abandono. Sin embargo, no puedo dejar la fluidez de mis pensamientos, las charlas personales haciendo eco en mi interior. No puedo abandonar mis creencias y actitudes, las certezas con que amanezco y sueño, las dudas sin piel que besan mis labios con deseo. No encuentro la manera de desprenderme de lo que se fue, ni el secreto de no anticiparme a lo que no ha sido. Ante esto, me gusta mi condición de náufrago de mí mismo, el sentido de perennidad ante la vida, el agarre insensato que tengo con lo infinito y eterno. ¿Has comido del pan prohibido que te hace soñar lo que nunca vendrá? ¿Te has deleitado cantando letras que dicen desde muy adentro lo que no quieres decir? 

El regreso de mayo

La sombra aparece con el mismo frescor de mayo, es refulgente y húmeda como un par de calcetines limpios. Caen estrellas de mis ojos cuando supongo el porvenir. Los proyectos nadan barcinos en una pecera de papel. Me descobijo los pies de noche y empiezo a murmurar lo que fui. La vida con mayo se extiende anhelando lluvias pasajeras y fechas marcadas en el calendario. Mi vida se vuelve de un cristal más transparente, y a través de él miro la calle y a la gente que pasa, y medito, y entiendo un poco más de lo que soy. Me vuelvo yo mismo el animal agrio que llevo dentro. Es decir, florece en mí lo que soy de hueso, de caña, de sueños. Voy a muchos lados y me cautivo con lo que encuentro. Parece que viviera dentro de la carpa de un circo donde encuentro las cosas que no conozco. Me descubro como un pedazo de piedra antigua extraído de la pared que ahora es cascajo. Voy con la sonrisa alargada, entendiendo cosas que se cuelgan de mis ojos y que me dejan certezas claras para leer a solas. ¿Te has sentado en un insignificante borde del mundo a mirar un poco lo significativo de los signos del destino? ¿Has cosechado en mayo los blancos huesos con que tu alma anda?

jueves, 17 de abril de 2014

Del fajo sobre el escritorio

Hay un altero de posibilidades de vida sobre mi escritorio. Tomo una y la hojeo como si fuera un libro sin leer. Me detengo entre sus párrafos y entre líneas descubro los talentos que tiene. La veo como la fórmula pendiente de algo en potencia. Es en realidad lo que puede ser, lo que tiene la oportunidad de convertirse en real. La vida en sus fundamentos es siempre lo mismo: la posibilidad de dar un paso hacia adelante buscándole un sentido. Soy un tipo duro porque puedo desprenderme de las cosas que poseo. Soy un bárbaro sensible que disfruta del candor de una mirada, de la imagen en la noche de una luna sin fronteras, de los abultados callos que me crecen por andar descalzo. Soy sólo un corazón que late al leer el altero de posibilidades que tengo para acercarme a lo que soy en mí siendo yo mismo. ¿Has tomado del fajo sobre tu escritorio la posibilidad de una aventura hacia el interior del sentimiento? ¿Te has conformado con ser lo que arrastras a diario y que siempre has sido?

lunes, 3 de marzo de 2014

El recurso de hacer lo mismo.

Me repito a mí mismo y me gusta. Hago lo mismo siempre y siempre pienso lo mismo. Paso mi mano por los mismos garabatos que he dibujado cien veces, golpeo la misma gosua en el mismo muro de corazón de adobe, sacrifico el mismo peón cuando me hacen jaque mate, vago por las mismas calles y  mojo los pies en los charcos de las mismas lluvias de verano.  Disfruto repetirme hasta cansarme. Luego me voy y me pongo a hacer las mismas cosas en otro sitio. Y luego vengo al mismo lugar del que me fui para repetir lo mismo que he dicho siempre, con las mismas palabras y en el mismo orden.  Adoro la obsesión que me conduce a hacer lo mismo siempre. Y desde aquí entiendo el recurso que salvó a Sísifo de la eterna rueda de las repeticiones en la pendiente de la desesperación. Hago lo mismo con pequeñas variantes y me canso y me hastío pero no abandono el engrane que me lleva a hacer lo mismo nuevamente. ¿Has sabido poner el oído atento en el ruido que chilla igual que un grillo y que no para de producirse a sí mismo?

domingo, 2 de marzo de 2014

Volver a la vida

Ser ateo no quiere decir no tener creencias o ser un descreído, vivir sin esperanzas, estar atado a la desolación. La vida se extiende hasta toparse de frente con el fin al terminarse el callejón. Punto. Así de fácil. Hoy creo lo que veo con los ojos de la razón, supongo con el ansia de eternidad los límites que me abrazan, sé de cierto lo que crece al tacto de mi mano. Si no existe barca ni barquero que conduzca a mi alma a otros confines, tengo un barco para ser marinero cargando mis arterias, llevando mi carne, que a fin de cuentas soy de caña y hueso. Si no hay esperanzas sembradas en el más allá cultivo mis alegrías esperando el fin del día, la llegada de la noche. ¿Has sentido la certeza de algo que puede ser removido por una certeza mayor? ¿Vas por la vida andando seguro por la banqueta del confort o bajas tus pies a la barbarie del pavimento donde la muerte conduce sin precaución? 

sábado, 1 de marzo de 2014

Como un recién olvidado

En ocasiones lo ingobernable sale a tomar el sol. Se quita el sostén delante de extraños y conocidos y sin implicaciones de culpa disfruta el instante. Otras veces el barco que uno es va bajo el control de sí mismo. La vida es un conjunto de olas osadas blandiéndose sobre el cuello frágil del cosmos. Los días resbalan del tiempo como agua jabonosa, y todo va a parar a una nueva fecha del calendario. Uno queda limpio como un recién olvidado y emerge nuevamente a andar las nuevas horas de la vida. ¿Te has puesto a festejar lo cotidiano y ordinario gritando que es sublime?

domingo, 9 de febrero de 2014

Con A y siete letras

El amor es el emblema con que comulgo en estas tardes de nostalgia y compañía. ¿Te has preguntado sobre la lista de los muchos por qué que tiene un corazón vacío? ¿Has entendido que para que un corazón pueda estar lleno es necesario haberlo vaciado previamente?

martes, 28 de enero de 2014

Mano dura

Como la mano derecha que ignora los contactos de la izquierda así van mi alma y mi corazón. Por un lado está la nostalgia por la eternidad que persiste con raíces, por otro lado van los sentires de la vida.

lunes, 27 de enero de 2014

Con otro nombre

¿Con qué fuerza es necesario sostener el pasado para que sus fauces no hagan daño en el presente? Hay mares donde me entrego a nadar entre recuerdos. Hay oleajes que me sumergen entre espumosas postales antiguas. El pasado no tiene remedio, pero tiene toxinas que actualizan la matanza. Mi canto no es de angustia, es señal de que he visto la cara del destino arrastrando su equipaje. Que mis palabras no se entiendan como llanto ya que sólo hablan de los días en que se ha llorado, y sólo extrañan lo que ha partido. Que no se malinterprete la nostalgia que me abastece el alma. Lo que pasa es que, aún sin quererlo, se queda lo que ya se fue. Permanece lo fugaz. La vivencia se encapricha en ocupar lo que está por inventarse. Que no se suponga que en fondo la vida está perdida. Lo que pasa es que fluye hacia una identidad con otro nombre.

domingo, 26 de enero de 2014

Cabeza de tulipán

La muerte es cruel y artera tan sólo por depositar un beso en su elegido. Cortar la cuerda de la barca en el puerto para que naufrague en mar abierto. Caer la última partícula de arena mencionando la terminación del tiempo. Apagar la flama, llegar la noche, dejar de existir. Qué tragedia tan grande finiquitar la vida. Qué horrendo destino estar aquí de paso y pasar para siempre. Perderlo todo como si no importara, como si la existencia fuera desechable. De mis seis gatos que tengo, uno, "Cabeza de Tulipán, se fue como se ha muerto la gente, los animales y las plantas. Su mecanismo de engranes vivos se detuvo y se fue. Es triste ver morir lo vivo porque embellece al mundo colmándolo de movimiento. ¿Has visto llegar a la muerte con su cara opaca hasta donde estás tú, y sin tocarte siquiera, y sin mirarte siquiera, y sin siquiera considerarte, dejarte un aviso de proximidad y la promesa de una cita futura?